jueves, 23 de octubre de 2014

LA NIÑA QUE REZABA POR LA CONVERSIÓN DE AZAÑA


Tomado de infovaticana.com

El pasado día 20 Rocuco Varela presidió un responso con motivo del traslado de los restos de la Venerable niña Mari Carmen que, durante la Guerra de España, ofreció su vida por la conversión del presidente de la República, Azaña.

El proceso de beatificación lo clausuró el cardenal Vicente Enrique y Tarancón en 1983. «Esta niña de nueve años -afirmó- fue dotada por Dios de excelentes cualidades morales, manifestando una entrega generosa al Señor, que culminó en su penosa enfermedad. Era capaz de entender y vivir el Evangelio con una profundidad asombrosa, que a nosotros los mayores nos conmueve».

Mari Carmen nació en Madrid en 1930. Sus padres, muy piadosos, pertenecían a la nobleza española. Profesaban una devoción especial a la Virgen María y ayunaban todos los sábados en su honor. Desde el primer mes de su concepción, la madre consagró su hija a la Santísima Virgen.

"Cuando explota la guerra, La persecución contra la Iglesia, que había comenzado algunos años antes, se hace más violenta y se traduce por una voluntad terrible de aniquilar todo lo que es católico". “No creemos -dicen los obispos españoles- que haya habido jamás, en la historia del cristianismo, un estallido semejante de odio contra Jesús y contra la religión, manifestado en todos los aspectos del pensamiento, de la voluntad y de la pasión, y ello en sólo algunas semanas… Los mártires se cuentan por miles”.

A fin de agosto es arrestado el padre y conducido a la “checa”, una prisión donde los detenidos eran sometidos a juicio sumario. Don Julio González Valerio es asesinado algunos días después. La niña recitaba todos los días el rosario de las llagas del Señor para la conversión de los asesinos de su padre. En su espíritu infantil, los asesinos se encarnaban en el presidente de la República, Azaña. Más tarde, con ocasión de preguntar: “Mamá, ¿Azaña irá al cielo?”, su madre le explicó que si ella se sacrificaba y rezaba por él, sería salvado.

El 11 de febrero de 1937, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, los niños se unen a su madre en la embajada de Bélgica donde estaba refugiada, escapando así al peligro de ser deportados a la URSS para ser educados allí en el marxismo.

Terminada la guerra y al regresar del colegio, Mari Carmen debe guardar cama: se le ha declarado una escarlatina. Lo que al principio parecía insignificante, se agrava: primeramente aparece una otitis, luego una mastoiditis que degenera en septicemia cardíaca y renal y termina muriendo en noviembre de 1940. ¡Al cielo! Voy a él sin pasar por el Purgatorio, porque los médicos me han martirizado. Mi padre murió mártir, yo muero víctima”.
Fin, pero si tienes cuerpo puedes leer toda la historia en el enlace superior. Azaña, creo que fue al nirvana gracias a la niña.

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