martes, 25 de noviembre de 2014

CASO RETABLO: CORRUPCIÓN EN LA SACRISTÍA


Tomado de eldirario.es
Carlos Gómez-Gil, funcionario de la Xunta de Galicia, repartía trabajos de restauración de bienes eclesiásticos entre empresas afines a cambio de pagos en metálico y en especie, dice la investigación. Entre las prebendas obtenidas estuvo la venta "en condiciones muy ventajosas" de la casa rectoral de Paraños por 60.000 euros, una operación "por los servicios prestados" a la Iglesia que el vecindario llevó al juzgado y por lo que están a punto de sentarse en el banco de los acusados una docena de personas, entre ellas varios curas.

La asociación vecinal de Paraños acudió a la Justicia al enterarse de que la rectoral de la parroquia, que habían estado cuidando y manteniendo con su propio dinero durante décadas, estaba a la venta en internet por casi 700.000 euros. El párroco ocultaba que había formalizado la venta de la vivienda y de su parcela de 4.500 metros cuadrados por 60.000 euros.

Antes de poner el asunto en manos de la Fiscalía, el vecindario expuso su indignación ante el obispo de Tui-Vigo, José Diéguez, imputado en el caso junto al párroco. La diócesis tudense alegó que la venta se había formalizado a un precio tan bajo porque la vivienda se encontraba en ruina. No obstante, en esos años Gómez-Gil había disfrutado del uso y de diversos arreglos como la construcción de un porche, una piscina o la plantación de césped que habían corrido a cargo de las empresas a las que beneficiaba con adjudicaciones y no existía tal ruina.

La Fiscalía acusa a nueve personas, entre ellas el párroco y el ecónomo del obispado, si bien reclama que se archiven los cargos contra el ex obispo de Tui-Vigo. El vecindario ve al antiguo obispo implicado en un delito de soborno, toda vez que las conversaciones telefónicas intervenidas por orden judicial acreditan que el obispado, el párroco y Gómez-Gil "acordaron" ofrecer ante la Policía y ante los vecinos las mismas "excusas" para justificar la teórica venta: que esta se encontraba en ruinas, ya que "no podían decir que el precio irrisorio era por los servicios prestados".

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