martes, 29 de agosto de 2017

Carnicerías vaticanas

No podíamos dejer pasar por alto la Semana Grande de Bilbao, no por el normal algarabío, despipote y desmadre consustanciales a la fiesta sino por el incidente de la retirada por parte de la Ertzaintza del montaje de una de las txosnas (casetas). No nos habíamos hecho eco hasta ahora, porque los hechos han ido transcurriendo como por capítulos, y ahora ya podemos explicar el culebrón completo:

Primer capítulo: La txosna Hontzak (comparsa vecinal cuyo eslogan es: "ni dios ni estado ni patrón, Atletic campeón") recreaba en el interior de la caseta una carnicería donde, bajo el perfil de la basílica de San Pedro, un cartelón detallaba el despiece del Jesús crucificado: manitas, jeta, paletilla, costillar… Frente al cartel, en una cámara frigorífica, se presentaban las diferentes viandas crísticas, incluido el Sagrado Corazón envuelto en espinas, listo para el asado o la cocción. Y todo esto bajo el título de la performance de "Carnicerías vaticanas"

Segundo capítulo: Carlos Iturgaiz (el brazo armado del PP vasco), valiéndose de Twitter, denunció que una de las txosnas, exhibía una ornamentación de lo más ofensiva. Su clamor tuitero llegó hasta el Obispado de Bilbao, del Obispado pasó al Ayuntamiento, de ahí al Juez y del Juez a la Ertzaintza, en una modélica ejecución de la conga institucional vasca. 

Tercer capítulo:  La carnicería vaticana fue parcialmente desmotada por los agentes, quienes, solo Dios sabe por qué, dejaron donde estaban las viandas y la maqueta de San Pedro. Dicen quienes lo presenciaron que los ertzainas fueron amables, que buenos días, egunon, retíreme, por favor, ese Jesucristo, las costillas puede dejarlas, el Sagrado Corazón ni lo toque.

Cuarto capítulo:  La carnicería vaticana acabó en los periódicos y la imagen del Jesucristo despiezado fue colgada en casi todas las txosnas (salvo precisamente en la de Hontzak), convertida en icono provisional de libertad de expresión y provocación festiva.

Estos son los hechos que, como no podían ser de otra manera, se acompañaron de opiniones de todos los colores en presnsa local y nacional (y nacionalista también, tanto vasca como española). En fin, nuestra opinión es bien sabida y resulta cansino volver a insistir en la aberración jurídica y moral que es el artíulo del código penal que se refiere a las ofensas al sentimiento religioso.

Para información más detallada, con fotos incluidas, y opinión que comparto, podéis lleer este artículo de Diario.es (que es la fuente de la noticia): Retíreme ese Jesucristo (de cómo Iturgaiz hizo de Jesucristo un símbolo de libertad de expresión durante las fiestas de Bilbao… Sin querer)

No hay comentarios: