lunes, 28 de mayo de 2018

LA IGLESIA CHILENA... ¿SOLO LA CHILENA?


Tomado de publico.es

“El padre tenía gestos con los jóvenes que íbamos a la parroquia como, por ejemplo, tocar los genitales. Y a veces, al acercarse para dar un beso, como se haría con un padre, él sacaba la lengua y la pasaba por la mejilla. También había un vocabulario ambiguo, como de contenido sexual latente o implícito”. Es una pequeña parte del relato que Eugenio de la Fuente, párroco del barrio Quinta Normal de Santiago, declaró ante el primer fiscal que instruyó el caso de Fernando Karadima, el influyente párroco condenado y recluido –no en una cárcel– por los abusos sexuales y de poder perpetrados mientras era párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús del barrio de Providencia, más conocida como El Bosque.

La caja de Pandora se abrió el pasado mes de enero, tras la visita del Papa al país suramericano, marcada por las protestas en contra de la presencia de los obispos encubridores en las ceremonias papales. Pero el episodio más controvertido de la estancia de Jorge Bergoglio fue cuando, preguntado por la situación del obispo de la diócesis de Osorno Juan Barros, quien ha sido señalado como testigo y conocedor de los abusos sexuales, el Papa respondió: “No hay una sola prueba en su contra, todo son calumnias”.

Una semana después, Francisco anunciaba la apertura de una investigación sobre el caso que terminó con el reconocimiento público de su error: "He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada", manifestó el Papa en una carta enviada a la Conferencia Episcopal chilena. "Ya desde ahora, pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas", añadió. Y así fue: pocas semanas después el Pontífice recibió por primera vez a las víctimas de Karadima en Roma.

Para la segunda reunión sobre el asunto fueron los obispos chilenos quienes llegaron al Vaticano. Bergoglio quería esclarecer las acusaciones de encubrimiento del obispo Barros. Fue después de este encuentro que, hace una semana, se produjo la histórica renuncia en bloque de todos los obispos del país.

Mientras, en Chile, van saliendo a la luz nuevas denuncias de abusos sexuales –14 sacerdotes más fueron suspendidos esta semana– y la institución religiosa se hunde en una de sus peores crisis, el Papa tiene en sus manos la decisión sobre el futuro de los obispos.

En el último tiempo, la desconfianza social y el desprestigio de la jerarquía eclesiástica se ha puesto de manifiesto no sólo en el debate público, sino también en la política. Esta semana un grupo de diputados ha impulsado un proyecto de ley para terminar con los beneficios judiciales de los que gozan los obispos, entre los que se encuentra el fuero judicial que los exime de comparecer ante los tribunales civiles, sea como testigo o para confesar.

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