lunes, 6 de mayo de 2019

CONTINÚA LA PERSECUCIÓN

Tomado de publico.es

La historia de Abel Azcona con los tribunales y la defensa de la libertad de expresión comenzó en 2015, hace ahora cuatro años. Fue denunciado en Pamplona por su obra Amén, en la que escribe la palabra Pederastia con hostias consagradas por un presunto delito de profanación y otro contra los sentimientos religiosos. Un juzgado de Pamplona, tras escuchar a Azcona, archivó la causa y la enmarcó en la libertad de expresión y artística. Pero la Asociación Abogados Cristianos prosiguió su particular cruzada y el próximo 7 de mayo habrá un nuevo episodio. El artista está llamado a declarar ante los tribunales por la misma obra, esta vez por su exposición en 2016 en Berga (Barcelona), y Azcona, como ya hiciera en febrero en la primera citación, ha anunciado que no acudirá a declarar. Y la lista de presuntos delitos crece: ahora se suma el de desobediencia.

La razón principal del hartazgo de Abel Azcona es que la causa por la que le llama a declarar el juzgado de Berga es exactamente la misma en la que un juzgado de Pamplona ya aseveró que no había delito alguno. Es más, el auto de Pamplona señalaba que la acción artística es una muestra escénica en la que "la provocación o el asombro juegan un papel principal, así como el sentido estético". Pero la asociación Abogados Cristianos ha continuado. Primero, lo llevó al Constitucional, que rechazó la causa. También al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ni siquiera lo admitió a trámite. Y después al juzgado de Berga, donde se le llama ahora para declarar.

Además, Azcona acumula en su expediente un importante número de demandas. Pasa a enumerar: "Tengo una de Vox, otra de Hazte Oír, otra de la Fundación Francisco Franco, otra de una Delegación del Gobierno cuando gobernaba el PP, otra del Arzobispado de Pamplona y dos de Abogados Cristianos. Como ves, son todas del Bando Nacional, que suelo decir yo".

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