domingo, 8 de septiembre de 2019

PROHIBIDO ELOGIAR AL MUERTO


Tomado de elperiodicodearagon.com

Los funerales de las parroquias y comunidades cristianas de la Diócesis de Huesca carecerán de intervenciones, discursos de elogio y cartas ajenas a la liturgia. Así lo indica el decreto firmado por el obispo de la diócesis de Huesca, Julián Ruiz Martorell, que entrará en vigor el 1 de octubre. Según dicho texto, se evitará leer cartas de despedida o escritos de agradecimiento, pronunciar discursos o alocuciones laudatorias o biográficas del difunto, ni elogios, ni elegías, añadir oraciones o lecturas que no estén contempladas en el ritual de exequias e interpretar música o cantos que no sean los adecuados para las exequias.

El delegado de liturgia de la diócesis de Huesca, Francisco Raya, explicó que se ha tomado esta medida porque «se están detectando muchas intromisiones ajenas a lo que es la celebración litúrgica», e incluso «muchas veces son intervenciones contradictorias al espíritu de la celebración sacramental que las exequias requiere».

El decreto está publicado en la página web de la diócesis de Huesca y en el texto se argumenta que se quiere dar un mayor sentido litúrgico al funeral. Apunta el texto además que «a lo largo de los siglos la forma de dar sepultura a los cristianos ha ido variando y acomodándose a los distintos tiempos y lugares, si bien la fe en la resurrección de los muertos ha permanecido invariable». La decisión ha causado mucha polémica.

N.R. Lo que deberían prohibir son las homilías: en la mayor parte de los casos el cura no conoce al finado. El discurso es siempre repetitivo y ganso ("debemos estar alegres porque nuestro hermano/a ha resucitado en Cristo y tal y tal y los que estéis tristes sois una banda de jumentos..."). El olor a incienso es una mierda apestosa y fuera del tiempo y del espacio. Por último, el obispo es un babosito.

1 comentario:

azotacuras dijo...

Pues yo estoy con el obispillo, y espero que en su cruzada vuelva a imponer las mantillas y mangas largas a las féminas; los garrulos seguirán en el bar y se acercaran al final de la pantomima a dar el pésame con cara de afligidos.