
Tomado de publico.es
El pasado 13 de abril la congregación de las monjas Adoratrices recibieron el Premio a los Derechos Humanos Rey de España concedido por la Universidad de Alcalá y el Defensor del Pueblo . Las mujeres que sufrieron el "destierro" en los centros que dirigían estas religiosas, encerradas por ser lo que en aquel momento se denominaba "caídas o en riesgo de caer", se llevaron una amarga sorpresa tras la concesión. "Para aceptar premio alguno primero deberían asumir lo que nos hicieron. Premiarlas es una burla a la Memoria Histórica".
Durante décadas, la orden de las Adoratrices, 'Esclavas del Santísmo Sacramento y de la Caridad', estuvo vinculada al Patronato de Protección a la Mujer, institución dependiente del Ministerio de Justicia e implicada en la trama de robo de bebés. Actualmente es una congregación cuya labor se centra en la ayuda a las víctimas de trata, prostitución y violencia de género.
"Los conventos de las Adoratrices tenían un régimen carcelario, éramos explotadas laboralmente sin percibir salario alguno, castigadas en cuartos de aislamiento, obligadas a rezar, fregar, obedecer y fingir, mientras intentaban, con todos sus medios, anular personalidades, lavarnos el cerebro e imponer el patrón femenino del régimen con especial devoción", cuenta con rotundidad la escritora.
No contentas con todo ello, se mofaban de las más desprotegidas haciéndolas pasear en camisón durante todo el día e incluso se tomaron la aberrante rapada de pelo por su cuenta y en bien de su dios y la patria.
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