"En nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, pero a menudo implica ser excluido, ridiculizado o parodiado" Estas fueron las palabras exactas del XVI dentro de un discurso victimista verdaderamente repugnante.
"En nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, pero a menudo implica ser excluido, ridiculizado o parodiado"
ResponderEliminarEstas fueron las palabras exactas del XVI dentro de un discurso victimista verdaderamente repugnante.