sábado, 16 de febrero de 2013

LA MISTERIOSA PÁGINA 16



Al llegar a la página XVI del libro que recién comenzó a leer, Benedicto encontró un papelito muy fino, le recordó el papel que se utilizaba en otros tiempos, en el correo aéreo. Un papel casi transparente.
Benedicto lo tomó y prestó atención al texto escrito con perfecta caligrafía: Petrus pendet sandalia.
Leyó el texto de nuevo; el mensaje era claro, debía colgar las sandalias, era una señal que insistía en lo que llevaba tiempo pensando.
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Cansado de repetir lo mismo sin éxito, Federico pensó que lo mejor sería dejar un mensaje dentro del libro que Pedro leía. Se dirigió al dormitorio y, al entrar, percibió ese repugnante olor que venía de su calzado. Ambos habían compartido estudios en el Seminario Pontifico y ahora compartían apartamento en las dependencias vaticanas. Especialmente apestosas resultaban las zapatillas deportivas que utilizaba para correr diariamente. Encontró un librillo de papel de fumar y en una hoja escribió: Petrus pendet sandalia, dejándola en la página 16 en sustitución de la marca de lectura. Esperaba que sacara las deportivas a la ventana.
Misteriosamente, Pedro no encontró su libro.

1 comentario:

Albino dijo...

Con esta entrada inaugura melastre una nueva sección: el micro-relato policial antiklerical. Enhorabuena melastre. Llenas el blog con una presencia como Georges Simenon. Lamento chafar la sorpresa pero enseguida me he dao cuenta que el culpable es el mayordomo.