tomado de eldiaro.es
La Iglesia española está dispuesta a pagar el IBI... pero si también lo hacen ONG, fundaciones o partidos políticos. Así lo señaló este miércoles el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, que defendió que los obispos "no quieren privilegios, pero tampoco discriminación". El argumento es que su sistema fiscal se rige por la Ley de Mecenazgo de 2002, y no por los Acuerdos Iglesia-Estado. Un argumento tramposo, pues dicha norma sólo afecta a los bienes para uso litúrgico o eclesial, y no a aquellos por los que la Iglesia obtiene beneficios económicos (garajes, pisos de alquiler, oficinas...), pero por los que no tributa.
"Reconocemos el derecho que tiene el Gobierno a modificar su política fiscal", apuntó Argüello, quien reclamó "que este asunto, que afecta a todas las entidades no lucrativas, no se trate como si fuera solo un privilegio de la Iglesia". La referencia es inequívoca, y el mensaje, claro: la Iglesia aceptaría pagar el IBI si también lo hacen otras instituciones amparadas, efectivamente, por la Ley de Mecenazgo de 2002.
La cuestión es muy sencilla: el Gobierno no pretende que la Iglesia pague el IBI de sus templos o en actividades relacionadas con el culto, que son los únicos edificios protegidos por la Ley de Mecenazgo... pero sí por aquellos que tengan "actividades económicas", para adecuarse a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que en junio de 2017 dictaminó que la Iglesia debe pagar sus tasas de bienes inmuebles "cuando realice actividades económicas" que conlleven "beneficios fiscales". Esto ocurre en casas de alquiler, garajes u otro tipo de inmuebles que generen réditos y que, bajo el paraguas de la institución, no han sido objeto del cobro de impuestos.
BLOG PARA TODOS AQUELLOS QUE QUIERAN PONER A PARIR A LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA INDEPENDIENTEMENTE DE SU CONDICIÓN SOCIAL, SEXUAL Y RELIGIOSA
viernes, 31 de enero de 2020
jueves, 30 de enero de 2020
miércoles, 29 de enero de 2020
E INVENTARON EL PIN
Tomado de eldiarodelaeducacion.com
La educación, ni siquiera la más procedimental y aparentemente aséptica, no ha sido nunca ni puede ser ideológicamente neutral. Todas y todos lo sabemos. Le derecha ideológica también lo sabe y, por eso, su supuesto combate contra el adoctrinamiento en la escuela no es otra cosa que la lucha por hacer prevalecer sus propias doctrinas.
La ofensiva ideológica conservadora sabe bien lo que es la hegemonía cultural y, por ende, la lingüística. Como señala Lakoff, la apropiación y perversión de algunos términos que por lo general han formado parte del acervo de los colectivos y grupos más progresistas –libertad, justicia, solidaridad, sostenibilidad… y tantos otros– viene acompañada de la construcción de unos marcos referenciales que sitúan inmediatamente al margen, con una gran dosis de violencia verbal, a quienes manejan otro tipo de marcos o referentes. Así, quien no alude de manera continua a su españolidad será probablemente tildado de antiespañol; quien no invoca a diario la lucha contra el terrorismo puede ser llamado terrorista y quien cuestiona la idea de reducir los impuestos directos es considerado a buen seguro un despilfarrador o un populista. Y así hasta el infinito.
Últimamente y con especial incidencia en el ámbito educativo, algunos líderes políticos y algunas administraciones educativas han comenzado una cruzada contra lo que denominan “adoctrinamiento” en las aulas; cruzada que, por lo general, restringen a ámbitos concretos muy vinculados a la igualdad o la violencia de género; la educación afectivo sexual en sus diversas manifestaciones; la memoria histórica; la educación para la ciudadanía con perspectiva crítica o, con algo menos de intensidad, determinadas cuestiones ligadas a la sostenibilidad como el cambio climático, las crisis energéticas, la depredación de la naturaleza o la pérdida de biodiversidad.
Esta cruzada utiliza estrategias diversas. Algunas son directas. Por ejemplo, la legislativa: allá donde es posible las leyes educativas y, sobre todo, los decretos que regulan el currículo oficial cercenan sutil o burdamente la posibilidad de incorporar estos aprendizajes, los adulteran o los reducen a meras referencias de pasada que nunca tendrán presencia alguna en la evaluación del sistema o en las propuestas de estándares o indicadores sobre lo que de verdad importa. También la presupuestaria y estructural: muchas entidades que apoyan a la escuela en el trabajo de estos contenidos ven reducidas o suprimidas de forma drástica su financiación o son fiscalizadas hasta la extenuación con la excusa de eliminar “chiringuitos”.
Pero también se utilizan estrategias más indirectas: la más frecuente es la movilización de las familias, que son las que asumen la responsabilidad de protestar por un determinado contenido “adoctrinador”; señalar la impertinencia de un material didáctico o denunciar una conferencia o una intervención en clase que no es de su agrado o no responde a sus creencias o convicciones. Esta beligerancia suele disfrazarse además con un ropaje que niega o cuestiona el trabajo de valores en la escuela: la escuela debe instruir, que los valores ya se los enseñamos en casa.
Sin embargo, creo que a pocas personas y aún menos a los profesionales de la educación se nos escapa que son precisamente las posiciones más conservadoras las que van ganando poco a poco terreno en la incorporación al ámbito educativo de sus concepciones ideológicas. La educación, ni siquiera la más procedimental y aparentemente aséptica, no ha sido nunca ni puede ser ideológicamente neutral. Todas y todos lo sabemos. Le derecha ideológica también lo sabe y, por eso, su supuesto combate contra el adoctrinamiento en la escuela no es otra cosa que la lucha por hacer prevalecer sus propias doctrinas.
La enseñanza confesional de la religión –cualquier religión– y la obligatoriedad de ofertarla en todos los centros sostenidos con fondos públicos es, sin lugar a dudas, la manifestación más visible de este proceso de verdadero e indisimulado adoctrinamiento: no se trata de contemplar o de estudiar el hecho religioso como un fenómeno trascendental en el devenir histórico de las sociedades o en su configuración actual, se trata, lisa y llanamente, de impartir doctrina.
La idea de que los profesionales de las fuerzas armadas realicen conferencias, desarrollen actividades supuestamente informativas o provean a los centros educativos de materiales curriculares sobre seguridad nacional no es una ocurrencia inocua del anterior gabinete, como tampoco lo son las concepciones sobre el emprendimiento o la educación financiera que se pretenden trasladar a las aulas desde algunas instancias, por ejemplo, bancarias, directamente o a través de sus fundaciones.
En las áreas y materias que conforman el currículo existen un sinfín de oportunidades para desplegar ideología. Una mirada profunda al currículo o a los libros de texto como la que se realiza desde Ecologistas en Acción nos alerta sobre el sesgo lingüístico de corte antiecológico de las propuestas curriculares tal como suelen ser concretadas por las editoriales a través de los libros de texto y materiales didácticos.
No defendemos el adoctrinamiento en la escuela sea cual sea la concepción ideológica de la que parte. Ni pretendemos reducir esta cuestión a la evidencia del “y tú más”. Pero tampoco podemos dejarnos engañar por quienes achacan a las visiones más progresistas un carácter doctrinario, como una especie de cortina tras la cual esconden sus verdaderas intenciones.
Una educación crítica y comprometida con el entorno es justamente lo contrario del adoctrinamiento. Hacer al alumnado consciente de la calidad de las relaciones entre los seres humanos y de estos con otras especies y la naturaleza no es adoctrinar. Y tampoco lo es analizar conjuntamente problemas y retos que afrontan y afrontarán en el futuro inmediato y a largo plazo nuestras sociedades y nuestro planeta. Ni es adoctrinamiento la valoración crítica de las soluciones que se vienen dando a estos grandes desafíos o la búsqueda de otras, imaginativas, más justas, más equitativas y más solidarias.
La educación, ni siquiera la más procedimental y aparentemente aséptica, no ha sido nunca ni puede ser ideológicamente neutral. Todas y todos lo sabemos. Le derecha ideológica también lo sabe y, por eso, su supuesto combate contra el adoctrinamiento en la escuela no es otra cosa que la lucha por hacer prevalecer sus propias doctrinas.
La ofensiva ideológica conservadora sabe bien lo que es la hegemonía cultural y, por ende, la lingüística. Como señala Lakoff, la apropiación y perversión de algunos términos que por lo general han formado parte del acervo de los colectivos y grupos más progresistas –libertad, justicia, solidaridad, sostenibilidad… y tantos otros– viene acompañada de la construcción de unos marcos referenciales que sitúan inmediatamente al margen, con una gran dosis de violencia verbal, a quienes manejan otro tipo de marcos o referentes. Así, quien no alude de manera continua a su españolidad será probablemente tildado de antiespañol; quien no invoca a diario la lucha contra el terrorismo puede ser llamado terrorista y quien cuestiona la idea de reducir los impuestos directos es considerado a buen seguro un despilfarrador o un populista. Y así hasta el infinito.
Últimamente y con especial incidencia en el ámbito educativo, algunos líderes políticos y algunas administraciones educativas han comenzado una cruzada contra lo que denominan “adoctrinamiento” en las aulas; cruzada que, por lo general, restringen a ámbitos concretos muy vinculados a la igualdad o la violencia de género; la educación afectivo sexual en sus diversas manifestaciones; la memoria histórica; la educación para la ciudadanía con perspectiva crítica o, con algo menos de intensidad, determinadas cuestiones ligadas a la sostenibilidad como el cambio climático, las crisis energéticas, la depredación de la naturaleza o la pérdida de biodiversidad.
Esta cruzada utiliza estrategias diversas. Algunas son directas. Por ejemplo, la legislativa: allá donde es posible las leyes educativas y, sobre todo, los decretos que regulan el currículo oficial cercenan sutil o burdamente la posibilidad de incorporar estos aprendizajes, los adulteran o los reducen a meras referencias de pasada que nunca tendrán presencia alguna en la evaluación del sistema o en las propuestas de estándares o indicadores sobre lo que de verdad importa. También la presupuestaria y estructural: muchas entidades que apoyan a la escuela en el trabajo de estos contenidos ven reducidas o suprimidas de forma drástica su financiación o son fiscalizadas hasta la extenuación con la excusa de eliminar “chiringuitos”.
Pero también se utilizan estrategias más indirectas: la más frecuente es la movilización de las familias, que son las que asumen la responsabilidad de protestar por un determinado contenido “adoctrinador”; señalar la impertinencia de un material didáctico o denunciar una conferencia o una intervención en clase que no es de su agrado o no responde a sus creencias o convicciones. Esta beligerancia suele disfrazarse además con un ropaje que niega o cuestiona el trabajo de valores en la escuela: la escuela debe instruir, que los valores ya se los enseñamos en casa.
Sin embargo, creo que a pocas personas y aún menos a los profesionales de la educación se nos escapa que son precisamente las posiciones más conservadoras las que van ganando poco a poco terreno en la incorporación al ámbito educativo de sus concepciones ideológicas. La educación, ni siquiera la más procedimental y aparentemente aséptica, no ha sido nunca ni puede ser ideológicamente neutral. Todas y todos lo sabemos. Le derecha ideológica también lo sabe y, por eso, su supuesto combate contra el adoctrinamiento en la escuela no es otra cosa que la lucha por hacer prevalecer sus propias doctrinas.
La enseñanza confesional de la religión –cualquier religión– y la obligatoriedad de ofertarla en todos los centros sostenidos con fondos públicos es, sin lugar a dudas, la manifestación más visible de este proceso de verdadero e indisimulado adoctrinamiento: no se trata de contemplar o de estudiar el hecho religioso como un fenómeno trascendental en el devenir histórico de las sociedades o en su configuración actual, se trata, lisa y llanamente, de impartir doctrina.
La idea de que los profesionales de las fuerzas armadas realicen conferencias, desarrollen actividades supuestamente informativas o provean a los centros educativos de materiales curriculares sobre seguridad nacional no es una ocurrencia inocua del anterior gabinete, como tampoco lo son las concepciones sobre el emprendimiento o la educación financiera que se pretenden trasladar a las aulas desde algunas instancias, por ejemplo, bancarias, directamente o a través de sus fundaciones.
En las áreas y materias que conforman el currículo existen un sinfín de oportunidades para desplegar ideología. Una mirada profunda al currículo o a los libros de texto como la que se realiza desde Ecologistas en Acción nos alerta sobre el sesgo lingüístico de corte antiecológico de las propuestas curriculares tal como suelen ser concretadas por las editoriales a través de los libros de texto y materiales didácticos.
No defendemos el adoctrinamiento en la escuela sea cual sea la concepción ideológica de la que parte. Ni pretendemos reducir esta cuestión a la evidencia del “y tú más”. Pero tampoco podemos dejarnos engañar por quienes achacan a las visiones más progresistas un carácter doctrinario, como una especie de cortina tras la cual esconden sus verdaderas intenciones.
Una educación crítica y comprometida con el entorno es justamente lo contrario del adoctrinamiento. Hacer al alumnado consciente de la calidad de las relaciones entre los seres humanos y de estos con otras especies y la naturaleza no es adoctrinar. Y tampoco lo es analizar conjuntamente problemas y retos que afrontan y afrontarán en el futuro inmediato y a largo plazo nuestras sociedades y nuestro planeta. Ni es adoctrinamiento la valoración crítica de las soluciones que se vienen dando a estos grandes desafíos o la búsqueda de otras, imaginativas, más justas, más equitativas y más solidarias.
martes, 28 de enero de 2020
FIN DE LOS PRIVILEGIOS, POR FAVOR
Tomado de publico.es
La Constitución de 1978 representó de facto por primera vez en la historia de España la separación Iglesia-Estado, con el único paréntesis frustrado de la II República. Hasta entonces, durante al menos ocho siglos, la institución eclesiástica había sido un organismo incrustado en las entrañas del poder civil, que había asumido el catolicismo como religión oficial hegemónica. Esa realidad permitió a la Iglesia disfrutar de privilegios cuasi omnímodos en todos los órdenes sociales, políticos, económicos, jurídicos o educativos.
La Transición puso formalmente punto final a un sistema confesional incompatible con un Estado moderno, pero toleró a la jerarquía episcopal ventajas y prerrogativas, que hoy son discutidas por amplios sectores sociales y políticos. De hecho, los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede fueron firmados el 3 de enero de 1979, apenas cinco días después de la ratificación de la Constitución, sometida a consulta popular el 6 de diciembre de 1978. Es decir: fue un Gobierno no constitucional quien diseñó y suscribió un acuerdo internacional de la trascendencia del suscrito con el Vaticano.
Las prerrogativas que la institución católica logró conservar en aquel acuerdo son muchas y notables. Empezando por una de singular calado histórico: el rey y jefe de Estado está obligado a jurar (no a prometer) la Carta Magna. No es un detalle menor en un país construido sobre la alianza centenaria entre el altar y el trono. Pero la Iglesia dispone de más prebendas. Aquí reseñamos las más importantes:
Los Acuerdos de 1979 comprometen al Estado a garantizar el “adecuado sostenimiento de la Iglesia”. Y, aunque entre sus preceptos anima a que la organización religiosa persiga su propia autonomía financiera, lo cierto es que, trascurridos más de cuarenta años del pacto, la Iglesia sigue dependiendo sustancialmente de los recursos estatales.
La Iglesia ha sido históricamente uno de los estamentos del Antiguo Régimen que estaban dispensados de pagar tributos a la Corona. Los Acuerdos del 79 perpetuaron parcialmente esa prebenda. El Estado permitió la exención fiscal por actividades relacionadas con su función religiosa. Desde los templos de culto a las residencias sacerdotales, pasando por monasterios, oficinas y entidades caritativas.
La Transición suprimió la tutela doctrinaria de la Iglesia sobre la enseñanza pero le entregó una porción sustancial de la educación a través del régimen de conciertos. Hoy en España casi el 28% de la enseñanza es concertada y otro 7% privada sin subvención estatal. La pública representa el 67,5%, más de 13 puntos por debajo de la media europea. La Iglesia controla más del 60% de los centros concertados.
Hasta el año 2015, la Iglesia católica ha gozado de una prerrogativa presuntamente inconstitucional para registrar inmuebles a su nombre. En virtud del artículo 206 de la Ley Hipotecaria, los obispos podían inmatricular bienes (registrarlos por primera vez) con su sola certificación y sin aportar títulos escritos de propiedad. En 1998, el Gobierno de Aznar, en lugar de derogar la norma, amplió sus efectos a los templos de culto, cuya entrada en el registro de la propiedad estaba prohibida hasta entonces. Esa modificación, le permitió inmatricular la práctica totalidad del legado cultural arquitectónico de España. Por ejemplo, la Mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla o el tesoro mudéjar de Zaragoza.
La Iglesia se ha rodeado históricamente de una espesa opacidad en el ejercicio de sus actividades, sobre todo las de índole económica. Todas las organizaciones que operan en España han ido adaptándose en la democracia a los nuevos usos de transparencia y fiscalización de sus cuentas. Hasta incluso la Casa Real. La institución de los obispos ha sido remisa a abrir sus ventanas y ha contado para ello con la connivencia del poder político.
La Constitución de 1978 representó de facto por primera vez en la historia de España la separación Iglesia-Estado, con el único paréntesis frustrado de la II República. Hasta entonces, durante al menos ocho siglos, la institución eclesiástica había sido un organismo incrustado en las entrañas del poder civil, que había asumido el catolicismo como religión oficial hegemónica. Esa realidad permitió a la Iglesia disfrutar de privilegios cuasi omnímodos en todos los órdenes sociales, políticos, económicos, jurídicos o educativos.
La Transición puso formalmente punto final a un sistema confesional incompatible con un Estado moderno, pero toleró a la jerarquía episcopal ventajas y prerrogativas, que hoy son discutidas por amplios sectores sociales y políticos. De hecho, los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede fueron firmados el 3 de enero de 1979, apenas cinco días después de la ratificación de la Constitución, sometida a consulta popular el 6 de diciembre de 1978. Es decir: fue un Gobierno no constitucional quien diseñó y suscribió un acuerdo internacional de la trascendencia del suscrito con el Vaticano.
Las prerrogativas que la institución católica logró conservar en aquel acuerdo son muchas y notables. Empezando por una de singular calado histórico: el rey y jefe de Estado está obligado a jurar (no a prometer) la Carta Magna. No es un detalle menor en un país construido sobre la alianza centenaria entre el altar y el trono. Pero la Iglesia dispone de más prebendas. Aquí reseñamos las más importantes:
Los Acuerdos de 1979 comprometen al Estado a garantizar el “adecuado sostenimiento de la Iglesia”. Y, aunque entre sus preceptos anima a que la organización religiosa persiga su propia autonomía financiera, lo cierto es que, trascurridos más de cuarenta años del pacto, la Iglesia sigue dependiendo sustancialmente de los recursos estatales.
La Iglesia ha sido históricamente uno de los estamentos del Antiguo Régimen que estaban dispensados de pagar tributos a la Corona. Los Acuerdos del 79 perpetuaron parcialmente esa prebenda. El Estado permitió la exención fiscal por actividades relacionadas con su función religiosa. Desde los templos de culto a las residencias sacerdotales, pasando por monasterios, oficinas y entidades caritativas.
La Transición suprimió la tutela doctrinaria de la Iglesia sobre la enseñanza pero le entregó una porción sustancial de la educación a través del régimen de conciertos. Hoy en España casi el 28% de la enseñanza es concertada y otro 7% privada sin subvención estatal. La pública representa el 67,5%, más de 13 puntos por debajo de la media europea. La Iglesia controla más del 60% de los centros concertados.
Hasta el año 2015, la Iglesia católica ha gozado de una prerrogativa presuntamente inconstitucional para registrar inmuebles a su nombre. En virtud del artículo 206 de la Ley Hipotecaria, los obispos podían inmatricular bienes (registrarlos por primera vez) con su sola certificación y sin aportar títulos escritos de propiedad. En 1998, el Gobierno de Aznar, en lugar de derogar la norma, amplió sus efectos a los templos de culto, cuya entrada en el registro de la propiedad estaba prohibida hasta entonces. Esa modificación, le permitió inmatricular la práctica totalidad del legado cultural arquitectónico de España. Por ejemplo, la Mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla o el tesoro mudéjar de Zaragoza.
La Iglesia se ha rodeado históricamente de una espesa opacidad en el ejercicio de sus actividades, sobre todo las de índole económica. Todas las organizaciones que operan en España han ido adaptándose en la democracia a los nuevos usos de transparencia y fiscalización de sus cuentas. Hasta incluso la Casa Real. La institución de los obispos ha sido remisa a abrir sus ventanas y ha contado para ello con la connivencia del poder político.
lunes, 27 de enero de 2020
OCASO DE LA IGESIA
Tomado de publico.es
La Iglesia católica atraviesa en España una intensa crisis de fervor religioso que la está llevando a perder cada año más de un cuarto de millón de creyentes, una merma de seguidores que se suma a un creciente abandono de prácticas como ir a misa, casarse o bautizar a los niños entre los que se definían como seguidores de esa creencia.
La religión oficiosa del país pierde incesantemente creyentes en un proceso que está vaciando las iglesias. Con una menguante y envejecida plantilla de curas, la dispensa de sacramentos como bodas, bautizos y comuniones cae en picado mientras otros como la extrema unción de moribundos no dejan de crecer.
Considerada popularmente como el credo oficioso de un país que se autodefine como aconfesional en su Constitución, la Iglesia afronta novedades de calado en los próximos años, como una revisión de los beneficios fiscales: de la exención del IBI al cribado de las inmatriculaciones de las últimas décadas. Mientras, su ocaso, más patente conforme pasan los años, incluye datos significativos como los siguientes:
Ya solo dos tercios de los españoles mayores de 18 años se definen como católicos, una confesión que ha perdido casi 17 puntos de peso entre la población española en dos décadas, según indican las respuestas a las preguntas sobre el nivel de religiosidad que efectúan los encuestadores del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en sus barómetros (vea aquí los de diciembre de 1999, 2004, 2009, 2014 y 2019). El porcentaje de los españoles que se define como católico pasó del 83,6% al 66,9% en las mismas dos últimas décadas en las que la tasa de ateos e incrédulos estuvo cerca de triplicarse al crecer del 11,9% al 29,7%.
La aplicación de esos porcentajes a los datos del padrón del INE (Instituto Nacional de Estadística) señala que el número de católicos se ha reducido en casi 5,6 millones en esas dos décadas, al caer de 32,38 a 25,79 millones; mientras, la cifra de ateos, agnósticos y no creyentes crecía casi en 7 al pasar de 4,58 a 11,5 millones. Estos datos arrojan sendas medias anuales de -280.000 y +345.000, respectivamente.
El último barómetro del CIS indica que más de dos tercios de esos casi 26 millones de ciudadanos que se reconocen como católicos, un 45,9% del total de la población, dicen ser no practicantes, frente a solo un 21% que sí asegura seguir los preceptos de esa religión. Serían los dos grupos de mayor tamaño siempre que no se sume en uno a los ateos (12,1%), los no creyentes (9,9%) y los agnósticos (7,7%).
Cada vez va menos gente a misa. Casi dos tercios de quienes se confiesan católicos no van nunca o casi nunca a la iglesia, un grupo que ha crecido de manera notable y sostenida en las dos últimas décadas, al pasar de ser el 41,9% de los creyentes a alcanzar el 63,6%.
La Iglesia católica atraviesa en España una intensa crisis de fervor religioso que la está llevando a perder cada año más de un cuarto de millón de creyentes, una merma de seguidores que se suma a un creciente abandono de prácticas como ir a misa, casarse o bautizar a los niños entre los que se definían como seguidores de esa creencia.
La religión oficiosa del país pierde incesantemente creyentes en un proceso que está vaciando las iglesias. Con una menguante y envejecida plantilla de curas, la dispensa de sacramentos como bodas, bautizos y comuniones cae en picado mientras otros como la extrema unción de moribundos no dejan de crecer.
Considerada popularmente como el credo oficioso de un país que se autodefine como aconfesional en su Constitución, la Iglesia afronta novedades de calado en los próximos años, como una revisión de los beneficios fiscales: de la exención del IBI al cribado de las inmatriculaciones de las últimas décadas. Mientras, su ocaso, más patente conforme pasan los años, incluye datos significativos como los siguientes:
Ya solo dos tercios de los españoles mayores de 18 años se definen como católicos, una confesión que ha perdido casi 17 puntos de peso entre la población española en dos décadas, según indican las respuestas a las preguntas sobre el nivel de religiosidad que efectúan los encuestadores del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en sus barómetros (vea aquí los de diciembre de 1999, 2004, 2009, 2014 y 2019). El porcentaje de los españoles que se define como católico pasó del 83,6% al 66,9% en las mismas dos últimas décadas en las que la tasa de ateos e incrédulos estuvo cerca de triplicarse al crecer del 11,9% al 29,7%.
La aplicación de esos porcentajes a los datos del padrón del INE (Instituto Nacional de Estadística) señala que el número de católicos se ha reducido en casi 5,6 millones en esas dos décadas, al caer de 32,38 a 25,79 millones; mientras, la cifra de ateos, agnósticos y no creyentes crecía casi en 7 al pasar de 4,58 a 11,5 millones. Estos datos arrojan sendas medias anuales de -280.000 y +345.000, respectivamente.
El último barómetro del CIS indica que más de dos tercios de esos casi 26 millones de ciudadanos que se reconocen como católicos, un 45,9% del total de la población, dicen ser no practicantes, frente a solo un 21% que sí asegura seguir los preceptos de esa religión. Serían los dos grupos de mayor tamaño siempre que no se sume en uno a los ateos (12,1%), los no creyentes (9,9%) y los agnósticos (7,7%).
Cada vez va menos gente a misa. Casi dos tercios de quienes se confiesan católicos no van nunca o casi nunca a la iglesia, un grupo que ha crecido de manera notable y sostenida en las dos últimas décadas, al pasar de ser el 41,9% de los creyentes a alcanzar el 63,6%.
domingo, 26 de enero de 2020
LAS MONJITAS DE SANTA INES SUBEN Y BAJAN POR LA PARED
Tomado de elpais.com
Los abusos, tanto sexuales como de poder, cometidos contra las monjas en el seno de la Iglesia católica es un tema espinoso que el Vaticano aún no ha abordado plenamente, como sí ha hecho con los abusos sexuales a menores que han sacudido a la institución en las últimas décadas y han desatado una de sus mayores crisis. El suplemento mensual femenino del diario vaticano L'Osservatore Romano se acerca en su próximo número de febrero —se publicará el 26 de enero— a las condiciones de vida de las religiosas en la Iglesia y ofrece una panorámica demoledora de los abusos y la explotación laboral que sufren las monjas. Constata que se dan casos de agotamiento laboral y estrés postraumático, un tema que hasta ahora había sido tabú.
El purpurado responsable del ente que gestiona los conventos también muestra su preocupación porque “empiezan a aparecer casos de abuso sexual entre monjas”, un “fenómeno que ha permanecido más oculto”, pero que “tendrá que salir a la luz”. “En una congregación nos han señalado hasta nueve sucesos”, apunta. Y recuerda que el papa Francisco ha pedido “transparencia total” en los casos de violencia sexual sobre las monjas.
Los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas no son un fenómeno nuevo ni reciente. Comenzaron a denunciarse en los años noventa. En 1995 la religiosa Maura O'Donohue presentó un informe sobrecogedor que destapó un panorama desolador, sobre todo en África: casos de novicias violadas por sacerdotes; médicos de hospitales católicos que se ven asediados por curas que les llevaban “a monjas y otras jóvenes para abortar”; o superioras que denunciaron la situación y acabaron suspendidas. En los últimos años han salido a la luz casos en todo el mundo, que aún no han recibido respuesta.
Los abusos, tanto sexuales como de poder, cometidos contra las monjas en el seno de la Iglesia católica es un tema espinoso que el Vaticano aún no ha abordado plenamente, como sí ha hecho con los abusos sexuales a menores que han sacudido a la institución en las últimas décadas y han desatado una de sus mayores crisis. El suplemento mensual femenino del diario vaticano L'Osservatore Romano se acerca en su próximo número de febrero —se publicará el 26 de enero— a las condiciones de vida de las religiosas en la Iglesia y ofrece una panorámica demoledora de los abusos y la explotación laboral que sufren las monjas. Constata que se dan casos de agotamiento laboral y estrés postraumático, un tema que hasta ahora había sido tabú.
El purpurado responsable del ente que gestiona los conventos también muestra su preocupación porque “empiezan a aparecer casos de abuso sexual entre monjas”, un “fenómeno que ha permanecido más oculto”, pero que “tendrá que salir a la luz”. “En una congregación nos han señalado hasta nueve sucesos”, apunta. Y recuerda que el papa Francisco ha pedido “transparencia total” en los casos de violencia sexual sobre las monjas.
Los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas no son un fenómeno nuevo ni reciente. Comenzaron a denunciarse en los años noventa. En 1995 la religiosa Maura O'Donohue presentó un informe sobrecogedor que destapó un panorama desolador, sobre todo en África: casos de novicias violadas por sacerdotes; médicos de hospitales católicos que se ven asediados por curas que les llevaban “a monjas y otras jóvenes para abortar”; o superioras que denunciaron la situación y acabaron suspendidas. En los últimos años han salido a la luz casos en todo el mundo, que aún no han recibido respuesta.
sábado, 25 de enero de 2020
viernes, 24 de enero de 2020
Y SEGUIMOS CON LA MEZQUITA, ANTES MEZQUITA
Tomado de publico.es
La Mezquita de Córdoba es el conjunto monumental de arte hispanomusulmán más importante de Occidente. La vieja controversia sobre la mítica basílica de San Vicente enterrada bajo el templo omeya ha recobrado el pulso tras las reveladoras conclusiones de los arqueólogos de la Iglesia, que descartan que los restos del subsuelo pertenezcan a un templo visigodo. Pero, ¿por qué se aferra la jerarquía eclesiástica a la leyenda de la basílica? ¿Tiene el mito de San Vicente relación con la titularidad del monumento y la polémica de las inmatriculaciones?
Las primeras referencias sobre una hipotética basílica visigoda bajo la Mezquita de Córdoba aparecen en dos textos árabes tardíos descubiertos por el arabista holandés Reinhart Dozy en el siglo XIX. Los documentos fueron escritos por dos compiladores, Ibn Idari y Al Maqqari, en los siglos XIV y XVII y, según su versión, los árabes destruyeron en su conquista todas las iglesias cristianas de Córdoba salvo la de San Vicente, situada intramuros. Durante años, compartieron el templo musulmanes y cristianos, hasta que la población islámica creció y Abderramán I compró a los mozárabes el edificio, sobre el cual construyeron la Aljama que hoy todos conocemos.
Aunque el primer conservador de la Mezquita, Ricardo Velázquez Bosco, efectuó prospecciones en el subsuelo a principios del siglo XX, la primera campaña arqueológica dirigida a buscar la basílica enterrada la emprendió el arquitecto Félix Hernández. Buceó en las entrañas del oratorio primitivo (la Mezquita tuvo tres ampliaciones más) durante casi cinco años y solo halló muros de pobre calidad, mosaicos tardorromanos y estructuras difícilmente asimilables a una planta basilical. Algunos expertos subrayan que los autores mozárabes coetáneos a la construcción de la Mezquita, como Eulogio de Córdoba, no mencionan basílica alguna y que los documentos de Ibn Idari y Al Maqqari sobre San Vicente reproducen leyendas propagandísticas importadas de Siria.
En el yacimiento aparecieron ladrillos con la inscripción de su fabricante y un crismón sobreimpresionado. El crismón es un monograma con las letras X y P entrelazadas en alusión al nombre de Cristo. ¿Es una señal inequívoca de un espacio religioso? El arqueólogo Pedro Marfil, que excavó durante 18 años bajo la Mezquita a las órdenes del Cabildo catedralicio, cree que sí. El investigador del CSIC Fernando Arce Sainz considera que se trata de una mera marca comercial del fabricante, que vendía ladrillos a cualquier cliente, no necesariamente para construir iglesias. Marfil también identifica la crátera floreada del mosaico como prueba de un edificio cristiano. Arce indica que se trata de motivos decorativos tardorromanos. Además, asegura que la orientación del edificio enterrado no concuerda con la disposición tradicional de las iglesias.
Pese a las desmitificadoras conclusiones de Félix Hernández hace ya casi 90 años, la Iglesia católica ha mantenido vivo el mito de la basílica cristiana. ¿Por qué? El poder episcopal ocupa su cátedra en Córdoba sobre un templo islámico. Es un hecho excepcional en la historia milenaria de la Iglesia católica. La Mezquita omeya es además un monumento de alcance universal que eclipsa la presencia de la Catedral construida sobre su eje en el siglo XVI. Los jerarcas eclesiásticos hubieran preferido derruir el oratorio musulmán, pero ni los Reyes Católicos ni Carlos V lo permitieron. Y han tenido que convivir a duras penas en un edificio de arte islámico, cuyas señas de identidad han camuflado sistemáticamente a lo largo de la historia. El mito de San Vicente les permite reivindicar el solar y cerrar el círculo de la identidad cristiana del templo.
¿Refuerza el mito de la basílica la propiedad de la Iglesia? En un eventual litigio por la titularidad, lo que hubiera en el solar de la Mezquita en el siglo VIII es irrelevante a efectos jurídicos. Debajo de la Catedral de Sevilla pervive la antigua Mezquita almohade y nadie osaría defender el disparate de otorgar títulos de propiedad a la dinastía bereber marroquí. La de San Vicente es más bien una batalla propagandística alentada por la Iglesia para fortalecer la percepción de dominio histórico sobre el monumento.
La Mezquita de Córdoba es el conjunto monumental de arte hispanomusulmán más importante de Occidente. La vieja controversia sobre la mítica basílica de San Vicente enterrada bajo el templo omeya ha recobrado el pulso tras las reveladoras conclusiones de los arqueólogos de la Iglesia, que descartan que los restos del subsuelo pertenezcan a un templo visigodo. Pero, ¿por qué se aferra la jerarquía eclesiástica a la leyenda de la basílica? ¿Tiene el mito de San Vicente relación con la titularidad del monumento y la polémica de las inmatriculaciones?
Las primeras referencias sobre una hipotética basílica visigoda bajo la Mezquita de Córdoba aparecen en dos textos árabes tardíos descubiertos por el arabista holandés Reinhart Dozy en el siglo XIX. Los documentos fueron escritos por dos compiladores, Ibn Idari y Al Maqqari, en los siglos XIV y XVII y, según su versión, los árabes destruyeron en su conquista todas las iglesias cristianas de Córdoba salvo la de San Vicente, situada intramuros. Durante años, compartieron el templo musulmanes y cristianos, hasta que la población islámica creció y Abderramán I compró a los mozárabes el edificio, sobre el cual construyeron la Aljama que hoy todos conocemos.
Aunque el primer conservador de la Mezquita, Ricardo Velázquez Bosco, efectuó prospecciones en el subsuelo a principios del siglo XX, la primera campaña arqueológica dirigida a buscar la basílica enterrada la emprendió el arquitecto Félix Hernández. Buceó en las entrañas del oratorio primitivo (la Mezquita tuvo tres ampliaciones más) durante casi cinco años y solo halló muros de pobre calidad, mosaicos tardorromanos y estructuras difícilmente asimilables a una planta basilical. Algunos expertos subrayan que los autores mozárabes coetáneos a la construcción de la Mezquita, como Eulogio de Córdoba, no mencionan basílica alguna y que los documentos de Ibn Idari y Al Maqqari sobre San Vicente reproducen leyendas propagandísticas importadas de Siria.
En el yacimiento aparecieron ladrillos con la inscripción de su fabricante y un crismón sobreimpresionado. El crismón es un monograma con las letras X y P entrelazadas en alusión al nombre de Cristo. ¿Es una señal inequívoca de un espacio religioso? El arqueólogo Pedro Marfil, que excavó durante 18 años bajo la Mezquita a las órdenes del Cabildo catedralicio, cree que sí. El investigador del CSIC Fernando Arce Sainz considera que se trata de una mera marca comercial del fabricante, que vendía ladrillos a cualquier cliente, no necesariamente para construir iglesias. Marfil también identifica la crátera floreada del mosaico como prueba de un edificio cristiano. Arce indica que se trata de motivos decorativos tardorromanos. Además, asegura que la orientación del edificio enterrado no concuerda con la disposición tradicional de las iglesias.
Pese a las desmitificadoras conclusiones de Félix Hernández hace ya casi 90 años, la Iglesia católica ha mantenido vivo el mito de la basílica cristiana. ¿Por qué? El poder episcopal ocupa su cátedra en Córdoba sobre un templo islámico. Es un hecho excepcional en la historia milenaria de la Iglesia católica. La Mezquita omeya es además un monumento de alcance universal que eclipsa la presencia de la Catedral construida sobre su eje en el siglo XVI. Los jerarcas eclesiásticos hubieran preferido derruir el oratorio musulmán, pero ni los Reyes Católicos ni Carlos V lo permitieron. Y han tenido que convivir a duras penas en un edificio de arte islámico, cuyas señas de identidad han camuflado sistemáticamente a lo largo de la historia. El mito de San Vicente les permite reivindicar el solar y cerrar el círculo de la identidad cristiana del templo.
¿Refuerza el mito de la basílica la propiedad de la Iglesia? En un eventual litigio por la titularidad, lo que hubiera en el solar de la Mezquita en el siglo VIII es irrelevante a efectos jurídicos. Debajo de la Catedral de Sevilla pervive la antigua Mezquita almohade y nadie osaría defender el disparate de otorgar títulos de propiedad a la dinastía bereber marroquí. La de San Vicente es más bien una batalla propagandística alentada por la Iglesia para fortalecer la percepción de dominio histórico sobre el monumento.
jueves, 23 de enero de 2020
miércoles, 22 de enero de 2020
martes, 21 de enero de 2020
CARGANDO LA ARTILLERÍA
Tomado de eldiario.es
Los obispos españoles están preocupados con el nuevo Gobierno PSOE-Unidas Podemos. Ya tardaron en felicitar al presidente Sánchez y, desde el principio, distintos prelados han mostrado sus temores ante lo que consideran un Ejecutivo "sin conciencia ni firmeza", tal y como apuntó uno de los líderes del rigorismo eclesiástico español (y candidato de Rouco Varela a presidir la Conferencia Episcopal a partir de marzo), el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.
No ha sido el único. Prelados como el cardenal Cañizares ya han advertido de que "el marxismo-comunismo renace y es seguro que va a gobernar", mientras que obispos como el de Castellón han anunciado movilizaciones frente a "iniciativas políticas y legislativas claramente contrarias a la antropología y moral cristianas". Todo ello con el aval de grupos ultracatólicos como HazteOir, que ya presionaron en su día para que el diputado de Teruel Existe votara en contra de la investidura de Sánchez.
La cúpula episcopal se muestra "alerta", y fuentes episcopales asumen que 'la cuestión religiosa' será uno de los temas más recurrentes en la legislatura que acaba de arrancar. Entre las primeras medidas del Ejecutivo se encuentra la reforma educativa, que acabará con la alternativa a la clase de Religión, que además ya no será evaluable; y eliminará el concepto de "demanda social" para los centros concertados. La nueva ley también incluirá el fin de la financiación para los centros que segreguen por sexos.
Más allá de medidas concretas, la principal novedad está en quién coordinará las políticas religiosas en España; se decidió que a partir de ahora sea el Ministerio de Presidencia quien se haga cargo de todo lo relacionado con las relaciones con las confesiones religiosas.
"Corresponde al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de memoria histórica y democrática, así como del ejercicio del derecho a la libertad religiosa", se lee en el Boletín Oficial del Estado.¿Qué supone esto? Que a partir de ahora será la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, la que se encargará de todos los aspectos relativos a las relaciones Iglesia-Estado.
Una decisión que ha causado preocupación en el Episcopado, ya que Calvo –como se demostró durante el proceso de exhumación de Franco del Valle de los Caídos– ha logrado una interlocución directa con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, lo que implica que, siempre que se den diferencias con los obispos españoles –lo que se da por hecho por ambas partes–, el Ejecutivo siempre podrá elevar consultas directamente a Roma.
Y es que las relaciones de la Conferencia Episcopal con Calvo, especialmente a raíz de la gestión de la salida de los restos del dictador, están muy deterioradas. Tampoco eran especialmente buenas con la ya exministra de Justicia, Dolores Delgado, a quien los obispos acusaban de no convocar apenas la Comisión Mixta Iglesia-Estado, encargada de velar por el cumplimiento del Concordato. Ahora, dicha comisión también pasará a Presidencia.
Justicia seguirá encargada de decidir cuándo y cómo se publica el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia, y Calvo de los pasos que se adopten después. Además, tendrá a su cargo la aprobación de una nueva ley de libertad religiosa y de conciencia –presente en el programa de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos– y, en su caso, las reformas en distintos aspectos de los Acuerdos Iglesia-Estado, como la asistencia religiosa en hospitales públicos o las Fuerzas Armadas (cuestión por la que ya ha preguntado Compromís en sede parlamentaria) o la gestión de bienes considerados de interés cultural.
En aspectos económicos, el pago del IBI por parte de la Iglesia o la posible apertura de nuevas casillas en el IRPF para atender la financiación de otras religiones (musulmanes y evangélicos, pues los judíos se han negado a ello) también estarán en la cartera de la vicepresidenta Calvo.
Los obispos españoles están preocupados con el nuevo Gobierno PSOE-Unidas Podemos. Ya tardaron en felicitar al presidente Sánchez y, desde el principio, distintos prelados han mostrado sus temores ante lo que consideran un Ejecutivo "sin conciencia ni firmeza", tal y como apuntó uno de los líderes del rigorismo eclesiástico español (y candidato de Rouco Varela a presidir la Conferencia Episcopal a partir de marzo), el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.
No ha sido el único. Prelados como el cardenal Cañizares ya han advertido de que "el marxismo-comunismo renace y es seguro que va a gobernar", mientras que obispos como el de Castellón han anunciado movilizaciones frente a "iniciativas políticas y legislativas claramente contrarias a la antropología y moral cristianas". Todo ello con el aval de grupos ultracatólicos como HazteOir, que ya presionaron en su día para que el diputado de Teruel Existe votara en contra de la investidura de Sánchez.
La cúpula episcopal se muestra "alerta", y fuentes episcopales asumen que 'la cuestión religiosa' será uno de los temas más recurrentes en la legislatura que acaba de arrancar. Entre las primeras medidas del Ejecutivo se encuentra la reforma educativa, que acabará con la alternativa a la clase de Religión, que además ya no será evaluable; y eliminará el concepto de "demanda social" para los centros concertados. La nueva ley también incluirá el fin de la financiación para los centros que segreguen por sexos.
Más allá de medidas concretas, la principal novedad está en quién coordinará las políticas religiosas en España; se decidió que a partir de ahora sea el Ministerio de Presidencia quien se haga cargo de todo lo relacionado con las relaciones con las confesiones religiosas.
"Corresponde al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de memoria histórica y democrática, así como del ejercicio del derecho a la libertad religiosa", se lee en el Boletín Oficial del Estado.¿Qué supone esto? Que a partir de ahora será la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, la que se encargará de todos los aspectos relativos a las relaciones Iglesia-Estado.
Una decisión que ha causado preocupación en el Episcopado, ya que Calvo –como se demostró durante el proceso de exhumación de Franco del Valle de los Caídos– ha logrado una interlocución directa con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, lo que implica que, siempre que se den diferencias con los obispos españoles –lo que se da por hecho por ambas partes–, el Ejecutivo siempre podrá elevar consultas directamente a Roma.
Y es que las relaciones de la Conferencia Episcopal con Calvo, especialmente a raíz de la gestión de la salida de los restos del dictador, están muy deterioradas. Tampoco eran especialmente buenas con la ya exministra de Justicia, Dolores Delgado, a quien los obispos acusaban de no convocar apenas la Comisión Mixta Iglesia-Estado, encargada de velar por el cumplimiento del Concordato. Ahora, dicha comisión también pasará a Presidencia.
Justicia seguirá encargada de decidir cuándo y cómo se publica el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia, y Calvo de los pasos que se adopten después. Además, tendrá a su cargo la aprobación de una nueva ley de libertad religiosa y de conciencia –presente en el programa de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos– y, en su caso, las reformas en distintos aspectos de los Acuerdos Iglesia-Estado, como la asistencia religiosa en hospitales públicos o las Fuerzas Armadas (cuestión por la que ya ha preguntado Compromís en sede parlamentaria) o la gestión de bienes considerados de interés cultural.
En aspectos económicos, el pago del IBI por parte de la Iglesia o la posible apertura de nuevas casillas en el IRPF para atender la financiación de otras religiones (musulmanes y evangélicos, pues los judíos se han negado a ello) también estarán en la cartera de la vicepresidenta Calvo.
lunes, 20 de enero de 2020
ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ MUNILLA
Tomado de publico.es
La censura parental ha recibido la bendición del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. El religioso, conocido por sus posiciones ultraconservadoras, ha dedicado buena parte de su audición de este lunes en Radio María a defender el denominado “pin” implantado por el Gobierno regional de Murcia siguiendo los reclamos del ultraderechista Vox.
En Radio María ha sonado la voz de Munilla, pero también de la ministra de Educación, Isabel Celaá, durante la rueda de prensa del pasado viernes en la que mostró el rechazo del Gobierno a la censura parental. “Esas afirmaciones de la señora ministra son inaceptables. Está negando derechos que tanto la Constitución como la Declaración de Derechos Humanos reconocen”, ha afirmado el obispo.
La censura parental ha recibido la bendición del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. El religioso, conocido por sus posiciones ultraconservadoras, ha dedicado buena parte de su audición de este lunes en Radio María a defender el denominado “pin” implantado por el Gobierno regional de Murcia siguiendo los reclamos del ultraderechista Vox.
En Radio María ha sonado la voz de Munilla, pero también de la ministra de Educación, Isabel Celaá, durante la rueda de prensa del pasado viernes en la que mostró el rechazo del Gobierno a la censura parental. “Esas afirmaciones de la señora ministra son inaceptables. Está negando derechos que tanto la Constitución como la Declaración de Derechos Humanos reconocen”, ha afirmado el obispo.
N.R. En resumen; los hijos son propiedad del dios verdades, de su dios y, por tanto de la Iglesia Católica, así que dejar a los hijos para que los curas os los cuiden (JAJAJAJAJAJA)
La censura parental ha recibido la bendición del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. El religioso, conocido por sus posiciones ultraconservadoras, ha dedicado buena parte de su audición de este lunes en Radio María a defender el denominado “pin” implantado por el Gobierno regional de Murcia siguiendo los reclamos del ultraderechista Vox.
En Radio María ha sonado la voz de Munilla, pero también de la ministra de Educación, Isabel Celaá, durante la rueda de prensa del pasado viernes en la que mostró el rechazo del Gobierno a la censura parental. “Esas afirmaciones de la señora ministra son inaceptables. Está negando derechos que tanto la Constitución como la Declaración de Derechos Humanos reconocen”, ha afirmado el obispo.
La censura parental ha recibido la bendición del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. El religioso, conocido por sus posiciones ultraconservadoras, ha dedicado buena parte de su audición de este lunes en Radio María a defender el denominado “pin” implantado por el Gobierno regional de Murcia siguiendo los reclamos del ultraderechista Vox.
En Radio María ha sonado la voz de Munilla, pero también de la ministra de Educación, Isabel Celaá, durante la rueda de prensa del pasado viernes en la que mostró el rechazo del Gobierno a la censura parental. “Esas afirmaciones de la señora ministra son inaceptables. Está negando derechos que tanto la Constitución como la Declaración de Derechos Humanos reconocen”, ha afirmado el obispo.
N.R. En resumen; los hijos son propiedad del dios verdades, de su dios y, por tanto de la Iglesia Católica, así que dejar a los hijos para que los curas os los cuiden (JAJAJAJAJAJA)
domingo, 19 de enero de 2020
EL PIN PARENTAL Y EL PIN DE SU MORAL
Asistimos en los últimos días a un ataque por diferentes medios (por tierra, mar y aire... -recuerdan-) a la defensa numantina por parte de la caverna del denominado pin parental. En la página web de vox puede leerese: "El PIN PARENTAL es una solicitud que va dirigida a los directores de los centros educativos en los que estudian nuestros hijos, con tal instancia solicitamos a la dirección que nos informe previamente, a través de una AUTORIZACIÓN EXPRESA sobre cualquier materia, charla, taller o actividad que afecte a cuestiones morales socialmente controvertidas o sobre la sexualidad, que puedan resultar intrusivos para la conciencia y la intimidad de nuestros hijos, de tal modo que como padre o madre pueda conocerlas y analizarlas de antemano, reflexionar sobre ellas y en base a ello dar mi consentimiento o no, para que nuestro hijo asista a dicha formación."
El mismo Hermann Tertsch (hasta el nombre y apellido parecen de las SS), ha dicho que el pin sirve "para evitar que tu hijo pretenda penetrar a su hermanito". En fin que dicho individuo, antiguo militante del partido comunista y converso a las leyes de dios y de la patria, no duda en mentir, manipular, tergiversar y falsear interesadamente cualquier cosa (o no cosa) para justificar las cuatro simplezas que la extrema derecha (ojo, de vox y del pp) repiten sin cuento para que las mentes más infantiloides, limitadas y manipulables se coman sus estúpidas ideas: pocas y simples (y rancias). España unidad de destino en lo universal, una grande y libre, la culpa de todo la tienen los inmigrantes, las feminazis intentan generar el odio al hombre, la manada son una banda de santos, los ricos sufren como nadie y pagan más que nadie, los inmigrantes están hundiendo la seguridad social y la sanidad pública (por lo que hay que privatizarla), los jubilados son una banda de gorrones que cobran mucho y no aportan nada, la violencia es culpa de los inmigrantes, los maricones están acabando con la verdadera fe y moral, nunca desde el 36 se ha perseguido a la iglesia católica y (como dijo el propio Demetrio Fernández) la UNESCO tiene un plan para hacer que el 50% de la población sea homosexual (plan que apoya el contubernio de feminazis, sociatas, comunistas bolivarianos y separatistas).
En fin yo, que soy terraplanista, creo que estoy en mi derecho de exigir el pin para que no se explique geografía porque va en contra de mis creencias y de mi derecho a decidir sobre la educación de mis hijos.
Yo que soy creacionista exijo que no se explique la evolución humana porque va en contra de mis creencias y del derecho a decidir...
Yo que soy pastafari, exijo que no se maltrate en el comedor escolar a los espaguetis porque va en contra de mi moral y de mis creencias y del derecho a decidir sobre la educación...
Yo que soy racista, exijo que no se hable de igualdad en las aulas porque hay una raza superior y lo que dicen va en contra de mis creencias...
Límites, por supuesto que los hay y debe haberlos en la educación, pero no los que estos lelos pretenden imponer. Los límites los marcan la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución. Esos son los límites. Desgraciadamente a ellos (a esos padres que lo piden) ya no podemos recuperarlos y ejercerán una nefasta influencia sobre sus hijos, pero al menos que en el mundo educativo vean que lo verde es verde y lo rojo es rojo. Si sus progenitores son daltónicos, bastante pena tienen los hijos y nefasta será la influencia que recibirán.
sábado, 18 de enero de 2020
¿CONSEJOS SEXUALES?
Tomado de elplural.com
La Conferencia Episcopal Española presentó el pasado 9 de enero un curso de dos a tres años para formar a los novios de cara al matrimonio, basándose en que las 20 horas de los cursillos prematrimoniales no son suficientes: "Una formación matrimonial no se puede hacer en 20 horas. Para ser sacerdote hacen falta siete años de seminario y para ser esposo, esposa, padre madre, ¿20 horas?", se preguntan los obispos. El curso, titulado Juntos en camino, +Q2 se compone de 12 temas en los que se abordan asuntos como la sexualidad, las relaciones prematrimoniales, la fidelidad o la resolución de conflictos.
A lo largo del temario, se presentan una serie de polémicos consejos y advertencias para mejorar la relación matrimonial y la vida sexual de la pareja. Para analizar los enunciados de la Conferencia Episcopal, desde ElPlural.com nos hemos puesto en contacto con la sexóloga, psicoterapeuta y terapeuta de pareja, Ruth González Ousset. La profesional es además, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid y Vicepresidenta de APHICE (Asociación de Psicoterapia Humanista Integrativa y Counselling de España).
Así son algunos de los enunciados más controvertidos de los obispos y la visión de la sexóloga Ruth González:
"El varón, los días que quiera tener relaciones sexuales deberá hacer un esfuerzo mayor y asumir ciertas tareas (por ejemplo, llevar a los hijos por la tarde al parque o pasear un par de horas para que la mujer pueda dormir la siesta) y la mujer deberá liberarse de ciertas cargas de trabajo y descansar para encontrarse ambos preparados para el encuentro sexual cuando llegue el momento”
Respuesta: "El varón debe asumir responsabilidades queriendo tener relaciones sexuales o no queriendo. Tanto la mujer como el varón debe hacer todas las tareas. Es continuamente la insistencia de la Iglesia con el género. Yo buscaría algo equilibrado y no tomar las relaciones sexuales como que 'te tengo que hacer la pelota para poder llevarte a la cama y me voy a portar bien llevando a los hijos al parque'. Lo veo como de ciencia ficción. También me parece muy interesante que se hable de relaciones y encuentros sexuales y no de procrear. Lo cual lo considero un punto a favor y un paso muy avanzado en este discurso. Veo que algo está cambiando”.
Sobre pornografía: “Produce adicción y puede suceder que alguien que esté acostumbrado a la masturbación no pueda descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, o que no sea capaz de acompasarse a la otra persona”
Respuesta: "Cuando hacen alusión la adicción de la pornografía sería lo mismo que decir que las películas violentas producen acciones y gente violenta. Y eso no es real. También sería interesante saber a qué fuentes acuden para tales afirmaciones. La sexología aboga por la salud sexual y cuidamos mucho la pornografía que recomendamos. Esto no significa que todo el porno sea bueno ni que todo sea malo. Hay que buscar un punto intermedio. En cuanto a la masturbación, sí es bella. Te hace conocerte a ti mismo, independientemente de a otras personas. Y más allá de la masturbación y el porno, puede que no haya sincronía sexual con otra persona".
“La sexualidad es un don que proviene de Dios”
Respuesta: "Si lo dice la Iglesia basándose en que todos somos hijos de Dios es algo en lo que no me voy a meter. Una cosa es la biología y otra en lo que tu creas. Lo que está claro es que vivimos en un país que quien da consejos para mejorar la vida sexual es el que ha hecho un voto para no tener esa vida sexual. El que rechaza la masturbación, los encuentros sexuales con otra persona.
La Conferencia Episcopal Española presentó el pasado 9 de enero un curso de dos a tres años para formar a los novios de cara al matrimonio, basándose en que las 20 horas de los cursillos prematrimoniales no son suficientes: "Una formación matrimonial no se puede hacer en 20 horas. Para ser sacerdote hacen falta siete años de seminario y para ser esposo, esposa, padre madre, ¿20 horas?", se preguntan los obispos. El curso, titulado Juntos en camino, +Q2 se compone de 12 temas en los que se abordan asuntos como la sexualidad, las relaciones prematrimoniales, la fidelidad o la resolución de conflictos.
A lo largo del temario, se presentan una serie de polémicos consejos y advertencias para mejorar la relación matrimonial y la vida sexual de la pareja. Para analizar los enunciados de la Conferencia Episcopal, desde ElPlural.com nos hemos puesto en contacto con la sexóloga, psicoterapeuta y terapeuta de pareja, Ruth González Ousset. La profesional es además, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid y Vicepresidenta de APHICE (Asociación de Psicoterapia Humanista Integrativa y Counselling de España).
Así son algunos de los enunciados más controvertidos de los obispos y la visión de la sexóloga Ruth González:
"El varón, los días que quiera tener relaciones sexuales deberá hacer un esfuerzo mayor y asumir ciertas tareas (por ejemplo, llevar a los hijos por la tarde al parque o pasear un par de horas para que la mujer pueda dormir la siesta) y la mujer deberá liberarse de ciertas cargas de trabajo y descansar para encontrarse ambos preparados para el encuentro sexual cuando llegue el momento”
Respuesta: "El varón debe asumir responsabilidades queriendo tener relaciones sexuales o no queriendo. Tanto la mujer como el varón debe hacer todas las tareas. Es continuamente la insistencia de la Iglesia con el género. Yo buscaría algo equilibrado y no tomar las relaciones sexuales como que 'te tengo que hacer la pelota para poder llevarte a la cama y me voy a portar bien llevando a los hijos al parque'. Lo veo como de ciencia ficción. También me parece muy interesante que se hable de relaciones y encuentros sexuales y no de procrear. Lo cual lo considero un punto a favor y un paso muy avanzado en este discurso. Veo que algo está cambiando”.
Sobre pornografía: “Produce adicción y puede suceder que alguien que esté acostumbrado a la masturbación no pueda descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, o que no sea capaz de acompasarse a la otra persona”
Respuesta: "Cuando hacen alusión la adicción de la pornografía sería lo mismo que decir que las películas violentas producen acciones y gente violenta. Y eso no es real. También sería interesante saber a qué fuentes acuden para tales afirmaciones. La sexología aboga por la salud sexual y cuidamos mucho la pornografía que recomendamos. Esto no significa que todo el porno sea bueno ni que todo sea malo. Hay que buscar un punto intermedio. En cuanto a la masturbación, sí es bella. Te hace conocerte a ti mismo, independientemente de a otras personas. Y más allá de la masturbación y el porno, puede que no haya sincronía sexual con otra persona".
“La sexualidad es un don que proviene de Dios”
Respuesta: "Si lo dice la Iglesia basándose en que todos somos hijos de Dios es algo en lo que no me voy a meter. Una cosa es la biología y otra en lo que tu creas. Lo que está claro es que vivimos en un país que quien da consejos para mejorar la vida sexual es el que ha hecho un voto para no tener esa vida sexual. El que rechaza la masturbación, los encuentros sexuales con otra persona.
viernes, 17 de enero de 2020
LO QUE DICE DAVID BOLLERO
Tomado de publico.es
Con la llegada del nuevo gobierno progresista podríamos hacer una porra: ¿Quién anda más inquieto, el empresariado o la Iglesia católica? El primero ya se chocó contra un muro cuando comprobó que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros, lejos de perjudicarle, le ha beneficiado. En cuanto a la Iglesia católica, ésta vuelve a evidenciar un cuadro esquizofrénico asumiendo un papel de víctima cuando, a lo largo de la Historia, siempre ha sido más ejecutora.
¿Por qué en un Estado aconfesional la religión ha de puntuar en el currículum académico del alumnado? Busquen, indaguen, sumérjanse en la bibliografía que les plazca que no hallarán una respuesta lógica. Como también parece reñido con la sensatez que el Estado pague los salarios de un profesorado -el de Religión- sobre cuya selección no tiene ningún poder porque es postestad de la Iglesia católica. Esa anomalía también se produce con la educación concertada y por ello, desde este espacio, siempre he justificado su eliminación.
¿Qué teme la Iglesia? Perder privilegios. La élite eclesiástica está más preocupada por los bienes terrenales que espirituales. De no ser así, ya se habría ocupado de adaptarse a los nuevos tiempos cambiando postulados retrógrados que ella misma inventó sin fundamento en alguno en sus sagradas escrituras. El número de alumnos matriculados en religión desciende año a año. El pánico de la curia es que, al no computar para la nota media de cara a selectividad y ser voluntaria, se produza el temido motín de infieles.
¿Qué es más cómodo y requiere menos esfuerzo, apuntarse a una ‘maría’ como religión o tener que clavar los codos con otra asignatura? Da igual si se tiene fe o no, lo importante es primar la ley del mínimo esfuerzo y la asignatura de religión es lo que propicia. Además, es importante apreciar que hablamos de religión católica porque como a su hijo le dé por ser budista, lo lleva claro si cree que se va a impartir esa religión en clase… ya no digo si es musulmán, que entonces los sectores más conservadores comenzarían su campaña islamofóbica.
Cuando la Comisión Episcopal de Enseñanza se apoya en que la libertad y educación para todas y todos, en realidad, lo que viene a decir es «no me toques lo mío». Mientras ve cómo sus fieles descienden, en lugar de articular mecanismos propios para frenar esa sangría, pretende que el Estado continúe financiando su comunidad o, si empleara -que no lo hago- la terminología de la derecha, su «chiringuito». Error.
Del mismo modo, escuchar al secretario general adjunto de Escuelas Católicas, Luis Centeno, sentenciar que sin el conocimiento de la religión es imposible el desarrollo de la personalidad humana en condiciones de plenitud lo único que constata son sus taras. Taras, por otro lado, que todo el mundo tiene en mayor o menor medida, pero que no se equivoque: cada uno las llena o compensa como puede/quiere y, en la mayoría de los casos, al menos en España, le puedo asegurar que la religión católica no es la primera opción. Si él ha conseguido labrar plenamente su personalidad con el Espíritu Santo, enhorabuena, pero no nos aplique su misma medicina y, además, no espere que le paguemos el tratamiento entre todos.
Las medidas que adoptará el nuevo gobierno son, a mi juicio, demasiado benévolas con la religión católica, puesto que si de mí dependiera excluría la religión (y ahora sí, no me refiero únicamente a la católica) de cualquier esfera pública. Las religiones pertenecen al ámbito individual, sin que nadie deba coartar su práctica que, además, puede ponerse en común en sus respectivos templos o centros ad hoc. La escuela no es uno de esos centros, como tampoco la televisión pública con espacios que cualquier estado aconfesional serio eliminaría.
Los medios cavernarios hablan de violación de los acuerdos con la Santa Sede. En primer lugar, con las medidas benévolas y misericordiosas que el gobierno de Pedro Sánchez pondrá en práctica, no se violan tales acuerdos. En segundo lugar, son acuerdos y, como tales, se pueden rescindir. Es lo que implica el progreso democrático, aunque claro, para el segmento más conservador, ese de caspa y sotona, el término «progresista» es un insulto. Por algo será.
Con la llegada del nuevo gobierno progresista podríamos hacer una porra: ¿Quién anda más inquieto, el empresariado o la Iglesia católica? El primero ya se chocó contra un muro cuando comprobó que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros, lejos de perjudicarle, le ha beneficiado. En cuanto a la Iglesia católica, ésta vuelve a evidenciar un cuadro esquizofrénico asumiendo un papel de víctima cuando, a lo largo de la Historia, siempre ha sido más ejecutora.
¿Por qué en un Estado aconfesional la religión ha de puntuar en el currículum académico del alumnado? Busquen, indaguen, sumérjanse en la bibliografía que les plazca que no hallarán una respuesta lógica. Como también parece reñido con la sensatez que el Estado pague los salarios de un profesorado -el de Religión- sobre cuya selección no tiene ningún poder porque es postestad de la Iglesia católica. Esa anomalía también se produce con la educación concertada y por ello, desde este espacio, siempre he justificado su eliminación.
¿Qué teme la Iglesia? Perder privilegios. La élite eclesiástica está más preocupada por los bienes terrenales que espirituales. De no ser así, ya se habría ocupado de adaptarse a los nuevos tiempos cambiando postulados retrógrados que ella misma inventó sin fundamento en alguno en sus sagradas escrituras. El número de alumnos matriculados en religión desciende año a año. El pánico de la curia es que, al no computar para la nota media de cara a selectividad y ser voluntaria, se produza el temido motín de infieles.
¿Qué es más cómodo y requiere menos esfuerzo, apuntarse a una ‘maría’ como religión o tener que clavar los codos con otra asignatura? Da igual si se tiene fe o no, lo importante es primar la ley del mínimo esfuerzo y la asignatura de religión es lo que propicia. Además, es importante apreciar que hablamos de religión católica porque como a su hijo le dé por ser budista, lo lleva claro si cree que se va a impartir esa religión en clase… ya no digo si es musulmán, que entonces los sectores más conservadores comenzarían su campaña islamofóbica.
Cuando la Comisión Episcopal de Enseñanza se apoya en que la libertad y educación para todas y todos, en realidad, lo que viene a decir es «no me toques lo mío». Mientras ve cómo sus fieles descienden, en lugar de articular mecanismos propios para frenar esa sangría, pretende que el Estado continúe financiando su comunidad o, si empleara -que no lo hago- la terminología de la derecha, su «chiringuito». Error.
Del mismo modo, escuchar al secretario general adjunto de Escuelas Católicas, Luis Centeno, sentenciar que sin el conocimiento de la religión es imposible el desarrollo de la personalidad humana en condiciones de plenitud lo único que constata son sus taras. Taras, por otro lado, que todo el mundo tiene en mayor o menor medida, pero que no se equivoque: cada uno las llena o compensa como puede/quiere y, en la mayoría de los casos, al menos en España, le puedo asegurar que la religión católica no es la primera opción. Si él ha conseguido labrar plenamente su personalidad con el Espíritu Santo, enhorabuena, pero no nos aplique su misma medicina y, además, no espere que le paguemos el tratamiento entre todos.
Las medidas que adoptará el nuevo gobierno son, a mi juicio, demasiado benévolas con la religión católica, puesto que si de mí dependiera excluría la religión (y ahora sí, no me refiero únicamente a la católica) de cualquier esfera pública. Las religiones pertenecen al ámbito individual, sin que nadie deba coartar su práctica que, además, puede ponerse en común en sus respectivos templos o centros ad hoc. La escuela no es uno de esos centros, como tampoco la televisión pública con espacios que cualquier estado aconfesional serio eliminaría.
Los medios cavernarios hablan de violación de los acuerdos con la Santa Sede. En primer lugar, con las medidas benévolas y misericordiosas que el gobierno de Pedro Sánchez pondrá en práctica, no se violan tales acuerdos. En segundo lugar, son acuerdos y, como tales, se pueden rescindir. Es lo que implica el progreso democrático, aunque claro, para el segmento más conservador, ese de caspa y sotona, el término «progresista» es un insulto. Por algo será.
jueves, 16 de enero de 2020
LADRAN... LUEGO CABALGAMOS
Tomado de republica.com
Las iniciativas anunciadas por el Gobierno de España (PSOE-Unidas Podemos) sobre la asignatura de Religión “son absolutamente inviables desde el punto de vista jurídico”, han coincidido en señalar las diócesis de Castilla y León y los sindicatos mayoritarios de los profesores en la materia.
“Atentan contra los derechos fundamentales avalados por los pactos internacionales, la propia Constitución Española y los acuerdos Iglesia-Estado que enmarcan y defienden el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones religiosas”, explican a través de una nota informativa difundida este miércoles.
Los delegados diocesanos de Enseñanza de Castilla y León se han reunido este miércoles en Tordesillas (Valladolid) con los representantes de las organizaciones sindicales mayoritarias de los profesores de Religión (ANPE, CSIF y APPRECEYL), para analizar las propuestas socioeducativas de la coalición PSOE-Unidas Podemos.
Los sindicatos han expresado su interés en defender los derechos laborales del profesorado de Religión en Castilla y León, mientras que los delegados diocesanos han recordado, por su parte, que la asignatura “no es un privilegio de la Iglesia” sino que “se limita a dar respuesta a la demanda social de las familias que en algunas diócesis afecta a tres de cada cuatro alumnos del sistema escolar”
Los delegados han cuestionado la legitimidad moral de una propuesta política que en su opinión no atiende “a la mayoría social de las familias”.
Por otra parte, han manifestado su perplejidad ante la “anunciada urgencia en la tramitación de la nueva ley educativa”, pese a lo cual confían en que el Gobierno de España “sea capaz de dialogar con todos sin excepción para consensuar el ansiado pacto educativo que daría estabilidad al sistema”.
“No se pueden obviar las soluciones integradoras que existen en Europa, y que es oportuno y necesario mirar hacia ellas para encontrar una solución definitiva a la presencia digna de la asignatura de Religión en los centros públicos, privados y concertados de nuestras diócesis”, explican en la nota.
Las delegaciones diocesanas, por último, han animado a la sociedad civil a defender una escuela “moderna, abierta y con vocación europea, capaz de integrar con normalidad el hecho religioso confesional para desarrollar todas las competencias de sus alumnos y, particularmente, la transcendente y espiritual”.
Las iniciativas anunciadas por el Gobierno de España (PSOE-Unidas Podemos) sobre la asignatura de Religión “son absolutamente inviables desde el punto de vista jurídico”, han coincidido en señalar las diócesis de Castilla y León y los sindicatos mayoritarios de los profesores en la materia.
“Atentan contra los derechos fundamentales avalados por los pactos internacionales, la propia Constitución Española y los acuerdos Iglesia-Estado que enmarcan y defienden el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones religiosas”, explican a través de una nota informativa difundida este miércoles.
Los delegados diocesanos de Enseñanza de Castilla y León se han reunido este miércoles en Tordesillas (Valladolid) con los representantes de las organizaciones sindicales mayoritarias de los profesores de Religión (ANPE, CSIF y APPRECEYL), para analizar las propuestas socioeducativas de la coalición PSOE-Unidas Podemos.
Los sindicatos han expresado su interés en defender los derechos laborales del profesorado de Religión en Castilla y León, mientras que los delegados diocesanos han recordado, por su parte, que la asignatura “no es un privilegio de la Iglesia” sino que “se limita a dar respuesta a la demanda social de las familias que en algunas diócesis afecta a tres de cada cuatro alumnos del sistema escolar”
Los delegados han cuestionado la legitimidad moral de una propuesta política que en su opinión no atiende “a la mayoría social de las familias”.
Por otra parte, han manifestado su perplejidad ante la “anunciada urgencia en la tramitación de la nueva ley educativa”, pese a lo cual confían en que el Gobierno de España “sea capaz de dialogar con todos sin excepción para consensuar el ansiado pacto educativo que daría estabilidad al sistema”.
“No se pueden obviar las soluciones integradoras que existen en Europa, y que es oportuno y necesario mirar hacia ellas para encontrar una solución definitiva a la presencia digna de la asignatura de Religión en los centros públicos, privados y concertados de nuestras diócesis”, explican en la nota.
Las delegaciones diocesanas, por último, han animado a la sociedad civil a defender una escuela “moderna, abierta y con vocación europea, capaz de integrar con normalidad el hecho religioso confesional para desarrollar todas las competencias de sus alumnos y, particularmente, la transcendente y espiritual”.
miércoles, 15 de enero de 2020
MUNDO GORE. MATA AL CURA QUE ABUSÓ DE ÉL, CON UN CRUCIFIJO
Tomado de lavanguardia.com
Un joven de 19 años ha sido arrestado en Francia tras matar a un sacerdote que abusó de él. Alexander V se encontraba en la casa de Roger Matassoli, de 91 años, en Agnetz, una población al norte de Francia, cuando le clavó un crucifijo en la garganta, provocándole la muerte por asfixia.
El cura había sido acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro niños, entre ellos el joven de 19 años y su padre, entre 1960 y 2000. A pesar de las sospechas por pedofilia, Matassoli permaneció en la nómina de la Iglesia hasta 2018, según señala el Daily Mail.
Además fue trasladado tres veces de diócesis, de Clermont a Saint Andre Farivillers y de allí a Agnetz. El obispo Jacques Benoit-Gonnin ha revelado ante medios franceses que Matassoli fue apartado de sus tareas en la Iglesia en 2009 y que no fue hasta diez años más tarde y la declaración de dos de sus víctimas que fue apartado de su cargo. Sin embargo, el sacerdote siguió cobrando su nónima, según Benoit-Gonnin por “un error eclesiástico”.
Los hechos se desarrollaron el pasado 4 de noviembre cuando la policia encontró el cuerpo con signos de tortura de Matassoli. Alexander, que trabajaba en la casa del sacerdote ayudándole con las tareas de limpieza, fue detenido el mismo día intentado huir con el coche del fallecido.
Según medios franceses, la policia está investigando el caso bajo basándose en que el asesinato fue “un acto de venganza”. Por su lado, Alexander ha declarado ante las autoridades que no recuerda cómo transcurrieron los hechos del 4 de noviembre.
Un joven de 19 años ha sido arrestado en Francia tras matar a un sacerdote que abusó de él. Alexander V se encontraba en la casa de Roger Matassoli, de 91 años, en Agnetz, una población al norte de Francia, cuando le clavó un crucifijo en la garganta, provocándole la muerte por asfixia.
El cura había sido acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro niños, entre ellos el joven de 19 años y su padre, entre 1960 y 2000. A pesar de las sospechas por pedofilia, Matassoli permaneció en la nómina de la Iglesia hasta 2018, según señala el Daily Mail.
Además fue trasladado tres veces de diócesis, de Clermont a Saint Andre Farivillers y de allí a Agnetz. El obispo Jacques Benoit-Gonnin ha revelado ante medios franceses que Matassoli fue apartado de sus tareas en la Iglesia en 2009 y que no fue hasta diez años más tarde y la declaración de dos de sus víctimas que fue apartado de su cargo. Sin embargo, el sacerdote siguió cobrando su nónima, según Benoit-Gonnin por “un error eclesiástico”.
Los hechos se desarrollaron el pasado 4 de noviembre cuando la policia encontró el cuerpo con signos de tortura de Matassoli. Alexander, que trabajaba en la casa del sacerdote ayudándole con las tareas de limpieza, fue detenido el mismo día intentado huir con el coche del fallecido.
Según medios franceses, la policia está investigando el caso bajo basándose en que el asesinato fue “un acto de venganza”. Por su lado, Alexander ha declarado ante las autoridades que no recuerda cómo transcurrieron los hechos del 4 de noviembre.
martes, 14 de enero de 2020
EL ZORRO(A) A CUIDAR EL GALLINERO
Tomado de publico.es
El Gobierno andaluz, formado por una coalición de PP y Ciudadanos, ha puesto al frente de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva de Andalucía a María Trinidad Lechuga Varona, hasta ahora directora del Secretariado para los Cristianos Perseguidos del Obispado de Córdoba, según adelantó el diario infolibre.es.
El nombramiento –para una plaza que estaba desierta desde las elecciones de diciembre de 2018 que acabaron con la hegemonía del PSOE en Andalucía– se efectuó el pasado 26 de diciembre y se publicó en el BOJA del pasado miércoles. La Consejería de Salud y Familias, que dirige Jesús Aguirre (PP), defendió el nombramiento asegurando que Lechuga es médico de familia de larga trayectoria y con experiencia.
El aliado imprescindible del Gobierno del PP es Vox, un partido que defiende sin tapujos una política antiabortista y antifeminista, por lo que este nombramiento se interpreta como una nueva victoria del partido de ultraderecha. El propio Aguirre, ahora su jefe, fue médico de familia y en recientes fechas se vio envuelto en una polémica por unas declaraciones antiabortistas: "Lo fácil es llegar y el chupetón". Luego, pidió perdón.
El Gobierno andaluz, formado por una coalición de PP y Ciudadanos, ha puesto al frente de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva de Andalucía a María Trinidad Lechuga Varona, hasta ahora directora del Secretariado para los Cristianos Perseguidos del Obispado de Córdoba, según adelantó el diario infolibre.es.
El nombramiento –para una plaza que estaba desierta desde las elecciones de diciembre de 2018 que acabaron con la hegemonía del PSOE en Andalucía– se efectuó el pasado 26 de diciembre y se publicó en el BOJA del pasado miércoles. La Consejería de Salud y Familias, que dirige Jesús Aguirre (PP), defendió el nombramiento asegurando que Lechuga es médico de familia de larga trayectoria y con experiencia.
El aliado imprescindible del Gobierno del PP es Vox, un partido que defiende sin tapujos una política antiabortista y antifeminista, por lo que este nombramiento se interpreta como una nueva victoria del partido de ultraderecha. El propio Aguirre, ahora su jefe, fue médico de familia y en recientes fechas se vio envuelto en una polémica por unas declaraciones antiabortistas: "Lo fácil es llegar y el chupetón". Luego, pidió perdón.
lunes, 13 de enero de 2020
MASTER PARA CASARSE POR LA IGLESIA
Tomado de publico.es
La Conferencia Episcopal (CEE) ha elaborado un itinerario opcional de formación para los novios que quieran casarse por la Iglesia, de dos años de duración, que aborda cuestiones como la sexualidad, la fidelidad o la resolución de conflictos y que será alternativo al actual cursillo prematrimonial de 20 horas.
El curso, denomindado Juntos en Camino, + Q2, censura la pornografía, que "facilita la práctica de la masturbación y la infidelidad" y advierte sobre la masturbación: "puede suceder que alguien que esté acostumbrado a la masturbación no pueda descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, o que no sea capaz de acompasarse a la otra persona".
Desde la Iglesia aducen que la creación de este cursillo extendido se debe a que "una preparación matrimonial no se puede resumir en 20 horas. Para ser sacerdote hacen falta siete años de seminario y para ser esposa, esposo, madre y padres ¿20 horas? Es claramente insuficiente", ha subrayado el presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la CEE, Mario Iceta, durante la presentación del proyecto.
La elaboración ha corrido a cargo de la subcomisión que preside el también obispo de Bilbao y en él han participado 12 matrimonios. Cuenta con 12 temas y está pensado para desarrollarse a lo largo de entre 2 y 3 años, con sesiones cada 15 días.
En el último curso del itinerario se centra en temas relacionados con la educación afectivo-sexual como las relaciones prematrimoniales, la ya mencionada masturbación, la infidelidad o las relaciones sexuales en el matrimonio.
Así, el texto llama a "guardar lo más íntimo de tu cuerpo para donarlo a quien entregarás todo tu ser y con quien compartirás tus ilusiones, sentimientos, deseos, pensamientos y construirás un proyecto de vida en común".
La Conferencia Episcopal (CEE) ha elaborado un itinerario opcional de formación para los novios que quieran casarse por la Iglesia, de dos años de duración, que aborda cuestiones como la sexualidad, la fidelidad o la resolución de conflictos y que será alternativo al actual cursillo prematrimonial de 20 horas.
El curso, denomindado Juntos en Camino, + Q2, censura la pornografía, que "facilita la práctica de la masturbación y la infidelidad" y advierte sobre la masturbación: "puede suceder que alguien que esté acostumbrado a la masturbación no pueda descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, o que no sea capaz de acompasarse a la otra persona".
Desde la Iglesia aducen que la creación de este cursillo extendido se debe a que "una preparación matrimonial no se puede resumir en 20 horas. Para ser sacerdote hacen falta siete años de seminario y para ser esposa, esposo, madre y padres ¿20 horas? Es claramente insuficiente", ha subrayado el presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la CEE, Mario Iceta, durante la presentación del proyecto.
La elaboración ha corrido a cargo de la subcomisión que preside el también obispo de Bilbao y en él han participado 12 matrimonios. Cuenta con 12 temas y está pensado para desarrollarse a lo largo de entre 2 y 3 años, con sesiones cada 15 días.
En el último curso del itinerario se centra en temas relacionados con la educación afectivo-sexual como las relaciones prematrimoniales, la ya mencionada masturbación, la infidelidad o las relaciones sexuales en el matrimonio.
Así, el texto llama a "guardar lo más íntimo de tu cuerpo para donarlo a quien entregarás todo tu ser y con quien compartirás tus ilusiones, sentimientos, deseos, pensamientos y construirás un proyecto de vida en común".
viernes, 10 de enero de 2020
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