Pero no fue lo único sorprendente del día. El templo se había teñido del rojo corporativo de la firma --el mismo en las corbatas, en los pañuelos y en la bufanda de don Emilio--. Un color que, según Botín, a la Virgen le sentaba "muy bien". El protocolo del presidente del Santander invitó a las damas de la Virgen --a las de la vela, que no se mueven del altar-- a desalojar, para dejar despejadas las primeras filas. Y hasta se permitió el acceso al camerín para besar a la Virgen no solo al propio Botín si no también a varios de sus directivos. Un gesto que, habitualmente, está restringido a los miembros de la Casa Real, a autoridades eclesiásticas, como honor muy excepcional a algunas personalidades y a los niños que todavía no han hecho la comunión.
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lunes, 1 de noviembre de 2010
La virgen del Pilar se hace cliente del Santander
Poderoso caballero, don Emilio Botín. El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, abría las puertas del Pilar para permitir la entrada al presidente del Banco Santander y a 2.000 de sus directivos, que andaban en la ciudad por una convención. El empresario quería entregar un manto a la Virgen. Un peculiar manto, más que nada porque en lugar de escudos o dedicatorias, llevaba... ¡el logo del Santander!
Pero no fue lo único sorprendente del día. El templo se había teñido del rojo corporativo de la firma --el mismo en las corbatas, en los pañuelos y en la bufanda de don Emilio--. Un color que, según Botín, a la Virgen le sentaba "muy bien". El protocolo del presidente del Santander invitó a las damas de la Virgen --a las de la vela, que no se mueven del altar-- a desalojar, para dejar despejadas las primeras filas. Y hasta se permitió el acceso al camerín para besar a la Virgen no solo al propio Botín si no también a varios de sus directivos. Un gesto que, habitualmente, está restringido a los miembros de la Casa Real, a autoridades eclesiásticas, como honor muy excepcional a algunas personalidades y a los niños que todavía no han hecho la comunión.
Pero no fue lo único sorprendente del día. El templo se había teñido del rojo corporativo de la firma --el mismo en las corbatas, en los pañuelos y en la bufanda de don Emilio--. Un color que, según Botín, a la Virgen le sentaba "muy bien". El protocolo del presidente del Santander invitó a las damas de la Virgen --a las de la vela, que no se mueven del altar-- a desalojar, para dejar despejadas las primeras filas. Y hasta se permitió el acceso al camerín para besar a la Virgen no solo al propio Botín si no también a varios de sus directivos. Un gesto que, habitualmente, está restringido a los miembros de la Casa Real, a autoridades eclesiásticas, como honor muy excepcional a algunas personalidades y a los niños que todavía no han hecho la comunión.
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1 comentario:
opino lo mismo que YO
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