jueves, 30 de mayo de 2024

HUMOR AJENO


miércoles, 29 de mayo de 2024

EL CURA VIOLADOR Y EXORCISTA

Tomado de elpais.com

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de ocho años de cárcel y el pago de 100.000 euros de indemnización al sacerdote José Luis Galán por abusar sexualmente de una menor mientras era director espiritual en el colegio Hijas de María Nuestra Señora de Talavera de la Reina, en Toledo, entre 2011 y 2014. La sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico este miércoles, remarca “el calvario” por el que ha pasado la víctima, ahora mayor de edad, y arremete contra el recurso de la defensa dirigido “a cuestionar la credibilidad del testimonio de la víctima”. La resolución del caso, destapado por EL PAÍS, llega siete años después de que la joven denunciase las agresiones sexuales, tras varios intentos de suicidio y un centenar de informes psicológicos que señalaban claramente el gran daño que le han causado tales agresiones. Desde ese momento, el camino hasta lograr justicia ha sido largo, en parte por culpa de las demoras de los tribunales que, entre otras cosas, tardaron dos años en llamarla a declarar tras presentar la querella. De ahí, fue ganando la causa en cada tribunal, pero la justicia fue aceptando los recursos del acusado, que siempre ha mantenido su inocencia. La joven también denunció el caso ante el tribunal canónico del arzobispado de Toledo, que derivó el caso al Tribunal Eclesiástico de la Rota y proclamó la inocencia del sacerdote.

Los abusos comenzaron un año después de que ambos se conocieran durante un viaje escolar en 2010 para hacer el Camino de Santiago. La relación se fortaleció durante el curso siguiente, cuando Galán se convirtió en su director espiritual ante la mala racha familiar que estaba atravesando, pues sus padres se estaban divorciando. La realidad es que el sacerdote y la madre habían comenzado una relación sentimental. “Nos cogimos confianza. Lo consideraba como mi segundo padre”, contó la joven sobre el ahora condenado, según aparece en el primer auto del caso al que tuvo acceso este diario. Ese año comenzaron las primeras agresiones sexuales por parte de Galán, que según la víctima siempre las justificaba con la frase “es lo que Dios quiere” o acompañadas de amenazas, como “puta, no mereces la pena, eres una niñata”.

El condenado mantiene que la denuncia de la víctima estaba motivada por un ataque de celos hacia su madre, por la relación amorosa que tenía con él. De hecho, uno de los recursos que ha desestimado el Tribunal Supremo es que en el relato de la víctima hay contradicciones. No obstante, el alto tribunal deja claro que “ante un calvario como el que tuvo que pasar la joven durante tantos años, como lo tuvo que padecer, lo increíble hubiera sido una coincidencia exacta, cuando la experiencia de la vida nos enseña que, si bien la esencia de un acontecimiento puede recordarse en lo que el acontecimiento deja marcado, no siempre se es capaz de recordar cada detalle o secuencia puntual de ese pasado, más cuando ha transcurrido determinado periodo de tiempo”.

martes, 14 de mayo de 2024

A LA HOGUERA!


Un grupo de 15 monjas clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia) han dado un golpe encima de la mesa ante la “persecución” que, según denuncian, sufren por parte de superiores, pastores, hermanas y sacerdotes a raíz de una operación de tipo inmobiliario. Estas religiosas han hecho público un contundente manifiesto en contra de la Iglesia Conciliar, regida por el Papa, y han dado el paso de abandonarla para integrarse en la Pía Unión de San Pablo Apóstol, que “presta obediencia” a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, religioso de 42 años excomulgado hace cinco años por la Iglesia romana.

El movimiento, aunque ha provocado algunas chanzas, va en serio y, de hecho, se trata del primer cisma eclesial protagonizado por unas monjas en España; es decir, la primera vez que un grupo de religiosas llevan a efecto una separación en el seno de la Iglesia que, según el derecho canónico, puede suponer su excomunión.

Valga como prueba del calado de esta decisión el hecho de que Mario Iceta, arzobispo de Burgos, compareciese ayer ante los medios para alertar de la “gravedad” del acto, señalar que se trata de un “atentado de cisma” y exhortar a los fieles a abstenerse de participar en ningún acto litúrgico realizado en el Monasterio de Santa Clara de Belorado o en el Monasterio de Santa Clara de Orduña.

Curiosamente, fue el propio Iceta, cuando era obispo de Bilbao, el encargado de excomulgar a Pablo de Rojas, miembro de la comunidad thuquista, seguidor del obispo cismático vietnamita Ngo Dinh Thuc y ahora también referencia religiosa para estas monjas. 

Una de las acusaciones que el arzobispo vertió públicamente contra De Rojas fue la de “haber sido consagrado obispo por otro cismático: el tristemente famoso monseñor Williamson, el prelado lefebvriano que niega el Holocausto”.

En todo caso, el embrollo de estas monjas, más allá de las diferencias de carácter religioso que ponen de relieve las hermanas, tiene mucho que ver con el bloqueo de una operación de tipo inmobiliario que estas clarisas querían llevar a efecto.

jueves, 2 de mayo de 2024

COMO BESAR A UNA RANA...

Tomado de la vanguardia.com

En Perpiñán, muy castigada por la sequía en los últimos años, vuelven a organizar procesiones para pedir lluvia, una tradición olvidada desde hacía un siglo y medio. En el norte de Francia, donde sí llueve con abundancia, la Iglesia católica ha tenido una iniciativa insólita para paliar otra escasez dramática, la de curas. Los obispos de las siete diócesis de la provincia eclesiástica de Reims están realizando estos días, hasta el sábado, una marcha a pie de una semana “para implorar que Dios nos envíe vocaciones a la vida religiosa, a la vida sacerdotal”.
Como en la mayoría de países occidentales, también en Francia el secularismo parece imparable. La escasez de curas compromete el futuro del catolicismo. El año pasado hubo solo 88 ordenaciones, una cifra muy baja y a todas luces insuficiente para atender las necesidades de los fieles. Ante esta realidad, los obispos de la provincia de Reims, bajo el impulso del arzobispo de esta ciudad, Éric de Moulin-Beaufort, que es también el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, decidieron calzarse botas o zapatillas deportivas y comenzaron una marcha a pie.