miércoles, 20 de junio de 2012

Serrat de Ripoll


La consejera de educación de la comunidad aragonesa, miembra del opus dei, ha decidido que en la franja oriental de Aragón, no se habla catalán, sino un idioma innominado, y lo hace "para evitar imposiciones".

Nací y vivo en Aragón, siempre he sabido que en la franja se hablaba catalán --una variante dialectal--, y resulta imposible creer que las personas que lo hablan, lo hagan por imposición.

Claro que, la imposición puede referirse no tanto al uso de la lengua como a su nombre: catalán. El malvado Zapatero y sus secuaces le dieron rango oficial a algo prohibido en Aragón: el idioma que mis paisanos hablan: catalán; porque entre las señas de identidad de algunos aragoneses, está la afirmación de lo que no somos: ni vascos ni franceses ni catalanes. ¡Ala maño!.

La mayoría absoluta que muchos españoles, engañados por las promesas del PP, y desilusionados por una pésima gestión de ZP, otorgaron a la derecha más ultramontana, les está sirviendo para dar carta de naturaleza a todas sus fobias, a todo aquello que les da miedo.

Con una marea verde reivindicativa que amenaza con arrastrarla, nuestra consejera encuentra tiempo libre para complacer a los más cerriles de su partido.

Pero la realidad es muy tozuda y, a pesar de los decretos de la consejera, por cierto catalana (de Ripoll, Girona), en la franja seguirán hablando en catalán.

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