Los obispos españoles están cerca de apuntarse una de sus mayores victorias educativas de los últimos 35 años. Han negociado en silencio hasta conseguir que el proyecto de ley de enseñanza que ha presentado esta semana el Gobierno de Rajoy colme una de sus históricas reivindicaciones: que los alumnos que elijan no cursar la asignatura de Religión tengan que estudiar una materia alternativa fuerte. Se llamará Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en secundaria. Además, también se ha cumplido otros de sus deseos: que se suprima la polémica Educación para la Ciudadanía.
Juanjo Picó, responsable de comunicación de Europa Laica cree que tras la insistencia de la Iglesia católica en que se regule (y endurezca) la alternativa hay un intento de esquivar la progresiva “secularización” de la sociedad. Según su interpretación, es la forma de evitar la “caída vertiginosa” del número de chicos que cursan Religión en los centros escolares españoles.
Los obispos han sabido jugar sus cartas. “Estamos en fase de diálogo”, dijo el 4 de octubre el portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. “Religión tiene que ser ofrecida en condiciones de libertad para quien la elija, pero como una asignatura equiparable a las fundamentales”, añadió el sacerdote.
En la foto de arriba Martínez Camino contento y en la de abajo Fétido-Wert y su clon .
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