miércoles, 29 de enero de 2014

Yo lo vi

Historias del abuelo Morgan: año 1990, Ronda (Málaga); mes de julio, un calor de mil pares de cojones, unos 42º, echando por lo bajo, llamamos en el convento preguntando por el brazo y ante nuestra sorpresa nos invitaron a pasar. No vimos a nadie, nos guiaban voces detrás de rejas y cortinajes. En el interior de una oscura capilla, de repente y sin previo aviso, por un hueco, sobre un altar, aparece una mano que llevaba agarrado un relicario: un brazo, de plata y en su interior restos de un esqueleto. ¡Todavía no me he repuesto del susto!, pesadillas tengo y a melastregues --que no vino, el muy cobarde-- se le empezó a caer el pelo; para recuperar el sentido, nos ofrecieron pasar al refectorio donde nos dieron limonada, eché de menos la ginebra pero, eran tiempos recios.

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