lunes, 13 de octubre de 2014

CUANDO LOS OBISPOS SE EXHIBÍAN BRAZO EN ALTO...


Iglesia en este país en 1936 significaba derecha y golpe". En la convulsa Europa de entreguerras, España aparece como labrantío de conflictos no menos agitado: Segunda República, golpe de Estado, Guerra Civil y franquismo. Y en ese tiempo hubo quien fue "a la vez víctima y verdugo". Es el retrato que hacen los historiadores Francisco Espinosa Maestre y José María García Márquez en el libro Por la religión y la patria. La iglesia y el golpe militar de julio de 1936 (Crítica). Denuncias, informes político sociales, participación activa en la construcción del régimen dictatorial… Una verdad "tal vez incómoda", dicen, pero necesaria para completar la visión de un momento donde "el integrismo religioso no conocía otro lenguaje".
¿Y la iglesia como víctima? "No fue una víctima distinta a los militares golpistas, Falange, los terratenientes… que, por cierto, tuvieron muchas más víctimas que la iglesia". Como parte "de la misma derecha" afrontó "la violenta contestación popular". Fue "contendiente" y no solo víctima. "Iglesia en este país en 1936 significaba derecha y golpe". Y obtuvo beneficios que aún ostenta: "Demasiados réditos. Incrementó sensiblemente su poder en los años de la dictadura, a cambio de su apoyo, y esto le permitió extender su influencia política entre las élites de este país". Una atribución "que aún se mantiene y sus sectas son muy operativas". "Que algunos quieran seguir insistiendo en que el Estado es laico, es un mal chiste", concluyen, "no existe en los países de nuestro entorno europeo otra iglesia más intrusa ni con más privilegios".

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