El ayuntamiento de Barcelona decidió hace un año dedicar un monumento a la memoria de los gays, lesbianas y transexuales represaliados y perseguidos a lo largo de la historia. El recurdo consiste en un triángulo rosa con las inscripciones de los nombres de las personas recordadas.
Hasta aquí todo estupendo, pero llegada la hora de decidir la ubicación del evento, se ha levantado la polémica. El departamento de Derechos Civiles del Ayuntamiento había decidido que la mejor ubicación para el monumento era el jardín que hay delante de la Sagrada Familia. Con la Iglesia hemos topado querido Sancho. La oposición considera esta ubicación una provocación. Ahora dice el consistorio que el sitio está por decidir. Apuesto lo que queráis que el monolito acaba en cualquier otro lado, eso sí, a más de mil metros de distancia de cualquier institución "decente y honorable". Va a ser el primer monumento con "orden de alejamiento"
1 comentario:
Si no desean un emblema gay frente a un edificio religioso por cuestiones de antipatía, siempre se les puede colocar un recordatorio a los efebos de miles de párrocos.
Ahi no tendrán excusa.
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