Tomado de larazon.es
En una entrevista al arzobispo de Barcelona, éste da las consabidas consignas de tolerancia y respeto para añadir, a continuación del pero de turno:
–¿Cómo debe ser la presencia de la Iglesia?
–Debe hacerse presente en el espacio público. Vivimos un tiempo en el que el laicismo quiere relegar la fe y la religión a la conciencia y a la sacristía y limitarla en la convivencia social. El Estado es laico y así debe ser, pero la sociedad no es laica, sino plurirreligiosa. En la convivencia social tiene que estar la fe como lo está la música, el arte y la cultura.
Hablaba de creyentes y no creyentes. ¿Es importante en el diálogo interreligioso?
–Sí. En este contexto, cada realidad tiene que ser coherente y ofrecer su propuesta. Este es el verdadero diálogo. Una sociedad laicista privaría a los ciudadanos de una religión u otra que se puedan manifestar en sus fiestas, tradiciones u opiniones, incluso sobre cuestiones éticas o proyectos de ley. Tienen derecho a ofrecer su punto de vista, sustentado por una antropología concreta.
N.R. ofrecer su punto de vista no es lo que hacen, sino imponer su punto de vista. Por otra parte comparar la presencia de la "fe" con la de la música, el arte o la cultura está en la misma línea, éstas no imponen sus criterios, dogmas, doctrinas en ideasx a toda la sociedad como tratan y han tratado siempre de hacer las autoridades católicas
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