La conexión desde la Plaza de Colón con la Plaza de San Pedro en Roma, para que los asistentes pudiesen escuchar las palabras especialmente dirigidas por el Papa Benedicto XVI sufrió problemas técnicos, y los asistentes sólo pudieron ver y oír al Papa unos segundos.
Nada de problemas técnicos, el ya conocido "comando antiklerical" se infiltró entre los asistentes. Benedicto II, siguiendo la estrategia diseñada por Azotacuras, se hizo pasar por un componente de la procesión de los obispos, para lo que se ha estado entrenando --ahora se ha sabido--, y con unos alicates ha cortado el cable que unía Madrid con Roma. ¡Que se jodan!.
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