El cardenal Antonio Cañizares opina que las noticias en torno a los abusos sexuales a menores protagonizados por religiosos de la Iglesia católica en Alemania, son "ataques" que pretenden que "no se hable de Dios, sino de otras cosas". La proliferación de estas denuncias, dijo, "no preocupa excesivamente" a la Iglesia, "porque nosotros estamos asentados sobre la cruz de Jesucristo, que siempre es salvación y victoria (...), es la esperanza de un amor que está por encima de todo".
Falaces y miserables individuos, atacamos a la iglesia católica, como institución terrena que permite a sus miembros comportamientos socialmente delictivos, nada tenemos que ver con dios, en cualquier caso no parece que en las escrituras, a las que tanto se aferran, haya ninguna permisividad sobre éstos comportamientos (la rueda de molino...) y si piensan que, sentados en la cruz, pueden mirar hacia otro lado y esconder la cabeza, están equivocados, la sociedad es cada día más crítica con esos y otros comportamientos de los clérigos. Tienen los días contados.
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El cardenal Antonio Cañizares opina que las noticias en torno a los abusos sexuales a menores protagonizados por religiosos de la Iglesia católica en Alemania, son "ataques" que pretenden que "no se hable de Dios, sino de otras cosas". La proliferación de estas denuncias, dijo, "no preocupa excesivamente" a la Iglesia, "porque nosotros estamos asentados sobre la cruz de Jesucristo, que siempre es salvación y victoria (...), es la esperanza de un amor que está por encima de todo".
Falaces y miserables individuos, atacamos a la iglesia católica, como institución terrena que permite a sus miembros comportamientos socialmente delictivos, nada tenemos que ver con dios, en cualquier caso no parece que en las escrituras, a las que tanto se aferran, haya ninguna permisividad sobre éstos comportamientos (la rueda de molino...) y si piensan que, sentados en la cruz, pueden mirar hacia otro lado y esconder la cabeza, están equivocados, la sociedad es cada día más crítica con esos y otros comportamientos de los clérigos. Tienen los días contados.
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