jueves, 12 de mayo de 2011

Munilla

Munilla irrumpe en la campaña electoral alertando del riesgo de los abanderados del laicismo radical. Según ha asegurado en el transcurso de una conferencia en la tribuna de Nueva Economía, el problema radica en que actualmente se confunde la laicidad -que consiste en la existencia de un Estado neutral ante las creencias religiosas pero que las considera un bien para la sociedad, según ha dicho- y el laicismo. “El laicismo -ha explicado- parte del supuesto de que la vida religiosa es una sensibilidad privada y de que al poder político le corresponde configurar una conciencia moral. Nosotros -ha añadido- asumimos una laicidad sana, pero no un laicismo anticlerical”.

El obispo se ha quejado de que ”en buena parte de los centros públicos no se oferta dicha asignatura, pese a que la legalidad vigente así lo establece”. Después de recordar que, según la Constitución, los poderes públicos deben garantizar a los padres la posibilidad de elegir la educación “moral y religiosa” que deseen para sus hijos, Munilla ha insistido en que numerosos centros públicos “ni siquiera ofertan Religión e, incluso, se presiona a los padres que matriculan a sus hijos en esta asignatura para que renuncien”.

Munilla ha reconocido que en los últimos años la matriculación en la asignatura de Religión ha descendido y ha indicado que puede deberse a la secularización de la sociedad, pero quizás también a que “la no oferta determina la demanda”.

El culpable de todos estos males, según Munilla, es el “laicismo anticristiano”. En su opinión actua de forma “astuta y trabaja por etapas”. Puso como ejemplo la ´ley del aborto: “en un primer momento se legisló para casos extremos y, al final, se reguló el aborto libre”. Según alertó, el proceso con la asignatura de Religión será el mismo. “Primero se pusieron pequeños palitos en la rueda, pero luego se reivindicó su exclusión del sistema público de enseñanza y, finalmente, se terminará por sacar esta materia del currículum de la enseñanza concertada”, aseguró.

Pero, amigo Muni, ¡listo que eres!: vamos poniendo palitos, luego os quitamos la rueda y así probamos a ver si "sus estozais", como dicen en mi pueblo. Somos astutos y queremos un laicismo antiklerical. He de decirte que con clérigos como tú nuestra empresa resulta más fácil: flaco favor le haces a la religión si la incluyes en las leyes de la oferta y la demanda pero, tú sabrás. Bien es cierto que, según señalan algunos sociólogos, como K. Popper, mucho tiene que ver la ética protestante del calvinismo con el feroz capitalismo pero, encuentro difícil seguir el argumento a la inversa, de hecho, en España, hubo durante muchos, muchísimos años, una amplia oferta de religión en los colegios y, ¡jate tú!, a lo que hemos llegado. Si no fuera por esa rebaba clerical que queda en tantos paisanos nuestros, --que tendremos que ir limando--, y que, es utilizada por la ultraderecha, para meter miedo al Psoe, hace tiempo que la religión y tú mismo estaríais en las parroquias.

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