El decreto de los obispos alemanes, difundido en Bonn (oeste), aclara que dejar de pagar ese impuesto significa dejar de pertenecer a esa Iglesia, de acuerdo a lo que hasta ahora era la norma en esos casos.
Sin embargo, quien tome esa decisión no queda de inmediato excomulgado, sino que será invitado por carta por el párroco competente a una cita, en la que se les tratará de "convencer" de que "reconsideren" ese paso.
El detonante del decreto es el caso de un jurista experto en derecho teológico, Hartmut Zapp, quien tras apostatar en 2007 y quedar por tanto exento del pago del impuesto eclesiástico, reclamaba sin embargo su derecho a seguir siendo miembro de la Iglesia.
El neoliberalismo Merkeliano llega a la católica iglesia alemana. bien está: "si no pagas no te damos de hostias al puro estilo sado-maso"
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