Las autoridades de Ciudad Juarez han retirado una escultura a petición del obispo. Cuando estaba por ser develada la escultura del “Ángel de la paz”, fue retirada de las inmediaciones del templo de catedral, tras la solicitud realizada por el obispo de la diócesis local, José Guadalupe Torres que consideró la obra como obscena y “un atentado a la moral y a las buenas costumbres”. La figura del ángel, a quien denominaron “de la paz” tenía el complemento de una mujer que se aferraba a la figura celestial mientras mostraba sus glúteos en forma parcial.
Esta es la noticia, una más de tantas otros atentados de la censura católica al arte popular que se siguen produciendo en cualquier país católico, pero al verla ubicada en ciudad Juarez se me ha revuelto un poco el estómago. En la ciudad donde se siguen torturando y matando de forma impune a mujeres por el sólo hecho de serlo, las autoridades atienden solícitamente al señor obispo porque le parece obscena una escultura. ¿Dónde está la obscenidad, en la escultura o en los asesinatos? En la mente reprimida y calenturienta de un señor con mucho poder. Un obispo.
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