jueves, 1 de agosto de 2019

EL CURA CHORIZO


Tomado de elplural.com

La localidad malagueña de Teba cuenta con 3.847 habitantes y se halla enclavada en el noroeste de la provincia. Desde 1979 se han sucedido solo ayuntamientos gobernados por la izquierda. Los tres primeros mandatos tuvieron alcalde del Partido Comunista de España, cuatro Consistorios han sido gobernados por el PSOE, otros cuatro por Izquierda Unida y uno, el actual, por Adelante-IU.

Con estos antecedentes luchadores y un ADN de izquierdas en su gente, la noticia que ha surgido ahora es cuando menos curiosa. Y es que los vecinos de Teba se han echado realmente y literalmente a la calle para impedir que las campanas de su iglesia sean retiradas por orden de su párroco y viajaran lejos de Teba para ser restauradas.

Todo sucedió esta semana cuando entre los vecinos se corrió la voz de que una empresa foránea estaba manipulando las campanas de la iglesia para desmontarlas para su rehabilitación por parte del Obispado de Málaga sin haber comunicado nada a los responsables del Ayuntamiento ni a los feligreses de la Iglesia de la Santa Cruz Real. Un mensaje reenviado por los vecinos circuló masivamente convocándolos a acudir a la iglesia y evitar que se llevaran las campanas.

El cura, que no esperaba esa reacción vecinal, se atrincheró dentro de la iglesia junto a operarios de la empresa responsable de la retirada de las campanas. El alcalde templó gaitas y calmó a la multitud al mismo tiempo que exigía la paralización de las tareas que no tenían licencia municipal y de las que ni siquiera se había informado al Ayuntamiento, algo que parece obligatorio.

Y es que además de que el pueblo de Teba ha demostrado ser un activo defensor de su patrimonio, teme que “sus” campanas, de habérselas llevado a restaurar, no regresasen como ya ha pasado con otros elementos de la iglesia. En realidad llueve sobre mojado por que recuerdan el antecedente cuando en 1929 sus campanas se llevaron a la Exposición Universal de Sevilla y jamás volvieron dándoles un “cambiazo” por otras de menor calidad. Tras ese “expolio”, años después el pueblo adquirió seis campanas también de gran valor histórico y artístico por su antigüedad. Pero tras esta compra los tebanos se conjuraron para que jamás las campanas volvieran a salir de su pueblo.

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