La plantilla y directivos del Real Zaragoza han cumplido un año más con la tradición, que arrancó en 1955, de realizar una ofrenda en la Basílica del Pilar a la Virgen, que lucía el manto con el escudo del equipo aragonés, ante el inminente comienzo de la competición y en la que el objetivo, aunque sin nombrarlo, es conseguir al séptimo intento regresar a LaLiga Santander. Los capitanes, Alberto Zapater y Javi Ros, han sido los encargados de portar ante la imagen de la virgen el centro de flores preparado para la ocasión.
Por su parte, el presidente Christian Lapetra ha sido, de nuevo, el oferente que ha dirigido unas palabras. Ha recordado que el Real Zaragoza como club se enfrenta a "una nueva y esperanzadora temporada y venimos a renovar la ilusión y los sueños" de una entidad que ha afirmado es patrimonio cultural, humano y espiritual de la ciudad.
La nueva temporada se presenta como un reto "apasionante" en la que lo que sigue moviendo a todo el club es "el anhelo de ver al Real Zaragoza en el lugar que le corresponde".
N.R. Hay que ser muy tonto, la figura del equipo es un japonés, hay varios musulmanes y, desde luego, el capítulo fetichista de la ofrenda para tener suerte no ha dado ningún resultado en los últimos años, con el equipo en segunda. Más valdría una ofrenda al Espaqueti Volador o a la igleia Patólica...
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