“Para mí es un honor estar aquí para hablar de Blas Piñar, presentar mi libro en el local de la vieja guardia y delante de José Antonio. Me va a resultar difícil”. Margarita Cantera Montenegro es profesora titular de Historia Medieval en la Universidad Complutense de Madrid y se mostraba emocionada durante la presentación de su libro Blas Piñar y la hispanidad. El acto tuvo lugar en el local de la Hermandad de la Vieja Guardia de la Falange, en una céntrica calle madrileña, próxima al Teatro Real y a Palacio. Es una de las zonas favoritas de los falangistas.
Fue un 5 de noviembre de 2021 cuando Margarita Cantera se presentó en ese “mundillo” de falangistas. “Pido que no me comparen con mi hermano, porque mis padres se reservaron lo mejor para el final. Yo soy la tercera y él es el quinto”, dijo la profesora. Margarita es, como exponía su presentador, “la hermana de nuestro gran pater, Santiago Cantera”. El prior benedictino de lo que se llamaba el Valle de los Caídos.
El pater Cantera fue candidato de Falange a las elecciones generales de 1993 y las europeas de 1994. Quiso ser político antes que monje benedictino en Cuelgamuros y velar por los restos de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco. Pero no resultó elegido entonces como político, ni sus compañeros lo han hecho después abad.
Margarita aseguró entonces que su hermano era “lo mejor” de la familia Cantera Montenegro. Santiago también fue uno de los escollos que tuvo que evitar el Gobierno de Pedro Sánchez para exhumar, primero, los restos del dictador y, luego, del fundador de la Falange de la basílica de Cuelgamuros. Santiago se negó a cumplir las sentencias de la Justicia mientras permitía misas por Franco.
La profesora de Historia en la universidad pública más grande de España firmó una carta, en octubre de 2019, dirigida a la alta jerarquía de la Iglesia católica, en la que se pedía al papa Francisco que se opusiera a la exhumación de los restos de Francisco Franco. En esa misiva se aseguraba que “entre 1939 y 1975, bajo la jefatura del Estado del general Franco, España vivió en paz, se hizo un esfuerzo gigante de reconciliación y se alcanzaron cotas de progreso y bienestar muy difíciles de igualar”. Margarita y los firmantes explicaban al Papa que desde 1941 el régimen franquista hizo “una labor descomunal de generosidad y clemencia”.
La autora dijo que hablar de la obra de Blas Piñar le hace perder la noción del tiempo. Contó que España pudo ser lo que fue gracias a su fidelidad a la fe y a “la misión que dios y su providencia infinita” marcó a España. Además, como defiende Nacho Cano en el musical Malinche, la profesora explicó que para Blas Piñar la hispanidad “es el mestizaje cultural y humano que sucedió en América”. El teórico falangista vio en 1992 una oportunidad perdida para recuperar aquella idea. “Ya estábamos en la época en la que estábamos, con Felipe González y PSOE de pleno”, explicaba la profesora Cantera.
El castellano y la fe católica son los dos ingredientes esenciales de esta salsa falangista. Así que si España renuncia al cristianismo, dice la profesora de la Complutense, “renunciará a sí misma”. “Gracias a eso no llevamos velito y bebemos una cerveza de vez en cuando”, añadió en la charla.
Pero, abundaba, hay un gran peligro del pensamiento hispánico: el comunismo. El líder de la falange escribió sobre la necesidad de “reforzar los vínculos con los países hispánicos” para hacer frente al comunismo, al indigenismo y a la teología de la liberación.
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