El día 1 de abril de 1939, en que se publicó el último parte franquista de guerra, el Papa Pío XII se apuntaba el tanto y enviaba al dictador un telegrama: "Agradecemos deseada victoria católica. Hacemos votos porque este queridísimo país emprenda con nuevo vigor sus antiguas cristianas tradiciones". A ello se aplicaron los obispos, a los que Franco no tuvo que pedir su adhesión. La jerarquía eclesiástica la ofreció gustosamente desde el primer minuto del Golpe de Estado de julio de 1936.
De Publico digital
1 comentario:
Y lo hacían (a Paquito) entrar bajo palio en las catedrales porque Franquito era LA HOSTIA. Y ya sabemos la hostia consagrada y Franciso Franco bajo palio. Los opositores al régimen bajo tierra...
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