En el volante iba la hermana Tavoletta, de 56 años, y la acompañaban otras dos monjas cuya identidad se desconoce. Las tres alcanzaron una velocidad de 120 millas por hora (193 kilómetros por hora), cuando los carabinieri las detuvieron por el evidente exceso de velocidad. ¿Dónde iban tan deprisa? A ver al Papa para cuidarle en su convalecencia tras romperse la muñeca. Tavoletta ha declarado que recurrirá la sanción de muchos euros y retirada de carnet. Lo suyo ha sido por una causa santa.
Qué historia tan entrañable, que buena la hermana Tavoletta y sus amigas... Ojo! El espíritu de Sorcitroen se ha hecho carne
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