Una reliquia que permanecía incorrupta en la Catedral de Valencia, se corrompe.

COINCIDIÓ CON LA VISITA DE FRANCISCO CAMPS Y RICARDO COSTA.


6 julio, 2011 | Por Don Diario | Categoría: NACIONAL

Costa, obligado a ceder su mano a la Catedral.

La mano incorrupta de San Luís Bertrán ha sufrido un acelerado proceso de putrefacción, desde que el pasado domingo Francisco Camps y Ricardo Costa hiciesen una visita privada para pedir al santo “fuerza y coraje para aguantar las calumnias que se vierten sobre nosotros”. Fue el canónigo encargado del cuidado y mantenimiento de las reliquias de la Catedral el que “cuando fui a limpiar el armario noté que desprendía un olor extraño, como cuando, y Dios me perdone, el arzobispo se pee y me culpa a mí, diciéndome ‘hermano Bartolomé, el que no controla su ano, no es piadoso, es un marrano’. En fin, que abrí el cofre donde descansa y se había quedado en nada. Até cabos, porque mis cuidados son diarios, y la corrupción del brazo se había producido el domingo, coincidiendo con la visita de Francisco Camps y del otro que habla como Carmen Lomana. Eso pasa por dejar besar la reliquia a todo quisqui, estoy destrozado”. El canónigo ha puesto en conocimiento del arzobispo de Valencia las circunstancias, el cual ha declarado que “es imposible demostrar que la degradación de la reliquia haya sido debida a la presencia de nuestro Presidente, pongo la mano en el fuego por él”.
El canónigo Bartolomé sigue descargando su ira: “sí, pone la mano por él, pero la de San Luís, éste no se moja por nadie. Voy a denunciar los hechos ante la fiscalía anticorrupción, es un caso clarísimo. Como se inhiban me escapo con el Santo Grial. Yo ya no soy un monaguillo impresionable al que se pueda manejar fácilmente”.

En una nota de prensa emitida por Francisco Camps, explica que “efectivamente fuimos a besar la reliquia para prepararnos ante los procesos judiciales que se avecinan, pero es falaz atribuirnos poderes paranormales, aunque con la que está cayendo hayamos ganado las elecciones. En todo caso, haré todo lo que esté en mi mano para restituir la pieza por otra de la misma entidad. Estoy dispuesto a dejar, después de mi fallecimiento, el dedo índice que utilizo para nombrar a los cargos públicos y hago las adjudicaciones”. También Costa ha manifestado su intención de aceptar que cualquier persona o entidad sin ánimo de lucro done algo en su nombre.


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