Pedro Antonio Honrubia/Kaosenlared
Así, los prelados de las diócesis andaluzas han llamado a los votantes sobre a defender y preservar los matrimonios entre el hombre y la mujer, rechazando de forma implícita los de personas del mismo sexo, y muestran su rechazo al aborto y a la eutanasia, denuncian la corrupción y advierten sobre la "cultura de las subvenciones y las dádivas", en un razonamiento insólito que no solo reproduce lo peor del pensamiento xenófobo antiandaluz, sino que va en plena sintonía con el discurso de la patronal en los últimos tiempos.
Los obispos se dirigen no sólo a los católicos sino a todos aquellos que quieran escucharles, y antes incluso de que se abra la campaña electoral marcan el territorio. Es la sutil fórmula con la que la franquista Iglesia española viene solicitando el voto desde hace tiempo en diversas convocatorias electorales para el partido heredero de la ideología y el nacional/catolicismo franquista, es decir, el PP.
En un documento presentado bajo el título “Ante las elecciones al Parlamento andaluz”, los prelados tratan de influenciar con su declaración la intención de voto de los andaluces y andaluzas, y sumar así sus fuerzas para que el PP pueda llegar a gobernar la Junta.
Descendiendo al plano social, los obispos consideran que para la consecución de estos objetivos es necesaria la “promoción del trabajo y de la vivienda, así como la puesta en práctica de un programa de inserción laboral de los jóvenes en la sociedad, de especial urgencia en la situación social actual de crisis económica”. Todo palabrería barata, de una institución que no duda en poner en la calle a inmigrantes, enfermos de SIDA o lo que haga falta cuando estos osan no pagar el precio acordado por el alquiler de sus locales en propiedad.
Pero, por encima de todo, una vez ya estamos acostumbrados a la complicidad de la Iglesia con el nacional/catolicismo del PP, y las monsergas idotizantes sobre aborto, matrimonio gay y eutanasia son repetidas elección tras elección por estos señores de sotana y alzacuellos que viven entre riquezas mientras el pueblo sufre cada día el drama del paro y un aumento sin freno de la pobreza, lo que más llama la atención esta vez es su crítica a "la cultura de la subvención y la dádiva", vinculando así tal "cultura" con el pueblo andaluz, y convirtiendo de facto su discurso en un discurso xenófobo, por otro lado tradicional, que recoge lo más rancio de la tradición nacional/católica respecto de lo andaluz, y que va en plena sintonía con el discurso esgrimido desde siempre, y con especial fuerza en los últimos meses, por la patronal y la derecha española.
Así, según los obispos de las diócesis del Sur, el actual momento obliga "a todos a construir una vida social más justa y pacífica", basada en la necesidad de "promover la estima del trabajo y del sacrificio como medio justo de crecimiento personal y colectivo para el logro del bienestar", frente a "la mentalidad tan extendida del derecho a la dádiva y de la subvención". Toda una declaración de principios que bien podría ser la continuidad de lo dicho por el señorito Cayetano Martínez de Irujo en su entrevista con el periodista Jordi Évole del programa "Salvados" de la Sexta. Curioso, además, que tales declaraciones salgan del puño y letra de una institución cuya principal fuente de financiación son las subvenciones que de manera directa e indirecta (casilla del IRPF en la declaración de la renta, beneficios fiscales, etc.) recibe del estado, es decir, del dinero de todos los ciudadanos y ciudadanas.
3 comentarios:
Pues sí, llama la atención que critiquen "la mentalidad tan extendida del derecho a la dádiva y de la subvención" de los andaluces cuando, no solo la Iglesia vive de subvenciones, si no que reivindica la caridad y la limosna para afrontar estos tiempos de pobreza creciente. No piden justicia y respetoa la dignidad d las personas, no, predican dádivas y limosnas.
En fin que me está dando porsaco molestarme en decir lo obvio.
A los obispos andaluces, junto a sus cortes celestiales, habría que embarcarlos en un crucero, a ser posible de Costa Cruceros al mando de un afamado y valiente capitán, y enviarlos a Roma, para que digan sus tonterias en el Vaticano y nos dejen en paz a los demás.
yo hundiría el crucero por el camino, jaté, q llegaran a nado a decir sus sandeces a Roma si tienen wevos pa jaSerlo!
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