
Tomado de eldiario.es
El ministro del Interior acude en coche oficial y con escoltas a la Abadía donde reza, junto a los monjes, y conversa con ellos. Fernández Díaz frencuenta desde hace años el símbolo de la represión franquista "para pasar un rato de oración".
Que este señor sea un meapilas, que pertenezca a una secta ultramontana como la Sacra y Militar orden Constantiniana de Constantinopla o que practique el onanismo, nos da lo mismo, pero que encima lo haga en coche oficial y en el sancta sanctorum del nacionalcatolicismo, olvidando que vive en un estado teóricamente aconfesional, es una ofensa y una grosería.
Por todo lo cual, este señor es condenado a pasar media hora en la cárcel de papel... higiénico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario