Casi todos los estados unidos de América, si no todos, de siempre han tenido un gran poso de nacionalismo y de cristianismo, tanto en su sociedad como en sus instituciones, pero su nuevo Presidente, a pesar de no haber tenido hasta ahora una actitud muy beata ni meapilas, está levantando con una mano la bandera y con otra la cruz como únicos signos de identidad política, más allá de la ideología del hombre de negocios que consiste, como es sabido, en enriquecer a "los suyos" a costa de empobrecer a "los demás".
En este artículo se explica bien lo del nacional-cristianismo de Trump.
No hay comentarios:
Publicar un comentario