- ¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
– Esto depende del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.
– No me importa mucho el sitio… –dijo Alicia.
– Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.
– … siempre que llegue a alguna parte – añadió Alicia como explicación.
– ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte – aseguró el Gato- , si caminas lo suficiente!
A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer otra pregunta: ¿Qué clase de gente vive por aquí?
–
En esta dirección – dijo el Gato,haciendo un gesto con la pata derecha-
vive un Sombrerero. Y en esta dirección– e hizo un gesto con la otra
pata- vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están
locos.
– Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca – protestó Alicia.
– Oh, eso no lo puedes evitar –repuso el Gato- . Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
– ¿Cómo sabes que yo estoy loca? –preguntó Alicia.
– Tienes que estarlo afirmó el Gato-, o no habrías venido aquí.
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