lunes, 13 de noviembre de 2017

LA IGLESIA CATÓLICA, ACAPARADORA Y VAMPÍRICA

Tomado de heraldo.es

El Ayuntamiento de Plan (Huesca) y la Diócesis de Barbastro-Monzón se disputan en un juicio la propiedad de la iglesia del pueblo. Los curas tenían la llave de la iglesia, pero las facturas de la electricidad las ha pagado siempre el Ayuntamiento. La disputa entre el municipio de Plan y el Obispado de Barbastro-Monzón para dirimir quién es el propietario de la iglesia parroquial de San Esteban ha acabado finalmente en los tribunales. El juzgado de Boltaña celebró ayer la vista oral por la demanda interpuesta por la diócesis contra la entidad local por haber inscrito el templo a su nombre en el Registro de la Propiedad.

"Recuerdo que cuando era niño subía arena del río con el burro para hacer arreglos. Eran trabajos avecinales (entre todos los vecinos) pero los gastos los pagaba el Ayuntamiento", defendió en el juicio José Puy, exalcalde de Plan, ya octogenario. Él fue uno de los testigos de la parte demandada, representada por una abogada de la Diputación de Huesca, que presta asesoramiento legal al municipio. Según la letrada, es el legítimo propietario, como demuestra el hecho de que pague el mantenimiento del edificio y las obras de restauración.

El actual párroco, Jan Luc, de nacionalidad polaca cambio la cerradura (la anterior llave era antigua y poco funcional) y el alcalde le pidió una copia. Reconoció que desde hace un año, en vista de que ya no hay voluntarias, se contrató una limpiadora cuyo sueldo sale de las arcas municipales.

El representante legal del Ayuntamiento aportó el testimonio de dos vecinos que admitieron que el edificio, de origen románico, aunque su actual configuración data del siglo XIX, siempre se ha destinado al culto y que nadie en el pueblo tiene la intención de destinarlo a otra cosa.

Allí trabajó Miguel Ángel Fumanal, de 62 años, entre 1983 y 1984 en la restauración. Los jornales de los obreros, vecinos del pueblo, los sufragaba el consistorio. "El cura era un trabajador más y también se le pagaba", dijo. Además compró el reloj de la torre y costea las revisiones, dos al año. "Si había que hacer una reparación en la iglesia, no venía nadie del obispado, se avisaba al Ayuntamiento", ratificó.

En sus conclusiones, la letrada defensora de la propiedad eclesiástica de la iglesia mantuvo que no es necesario un título de propiedad, pues hasta 1998 se impedía la inscripción y por tanto resultaría "diabólico" exigir pruebas documentales, pero la pertenencia a la Iglesia está acreditada por su uso "continuado y exclusivo" para el culto, tal y como demuestra la "reiterada" jurisprudencia.

1 comentario:

Juan Moreu dijo...

La secta ésta de los católicos, apostólicos y romanones pederastas podrán ser dueños de los akelarres que en las Iglesias se celebren, pero los edificios son del pueblo.