Tomado de publico.es
La semana pasada ardió Troya (léase Sevilla) por el cartel de las fiestas navideñas que mostraba un arcángel San Gabriel con el torso desnudo y palpándose una Giralda que los malpensados interpretaron como un símbolo fálico.
Entre tanto, a varios miles de kilómetros de distancia, un vecino de California instaló en la puerta de su casa un belén con dos San Josés ataviados con un manto rosa, por si quedaba alguna duda de su orientación sexual. Mientras Twitter celebraba la ocurrencia -“¡ahora sí que es un milagro el nacimiento de Jesús!”-, el obispo de Providence, Thomas Tobin lanzaba una fatwa en Facebook contra los pecadores:
“Qué triste es que alguien crea que está bien imponer su propia agenda sobre el sagrado Nacimiento de Jesús. Recemos por aquellos que lo hicieron para que cambie su corazón y que Jesús perdone este sacrilegio, este ataque a la Fe Cristiana”.
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