domingo, 23 de junio de 2024

HAN CANTADO LÍNEA


Julià Cifre Vanrell, un sacerdote diocesano que el pasado año fue sancionado por el Vaticano por sus “conductas impropias” con una mujer, ha admitido este jueves en un juzgado de Palma que mantuvo encuentros sexuales “consentidos” con ella durante 30 años, cuando ya era adulta.

El religioso mallorquín, que tiene prohibido celebrar la eucaristía en público durante tres años, ha prestado declaración por la mañana en calidad de investigado por un presunto delito continuado de abusos sexuales ante el juzgado de instrucción número 5 de Palma.

Cifre ha reconocido ante la magistrada que acarició, besó y abrazó a la denunciante en varias ocasiones. Según su versión, estos encuentros sexuales “siempre” fueron consentidos y cuando la mujer ya era adulta. La perjudicada, que tiene ahora 54 años, padece una discapacidad psíquica debido a un trastorno.

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