Santiago Cantera, prior de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (ahora renombrado como Cuelgamuros) y falangista confeso que trató de impedir la exhumación del cadáver del dictador Francisco Franco, ha sido relevado de su cargo.
Geoffroy Kemlin, abad de Solesmes y presidente de la congregación benedictina, ha tomado la decisión tras agotarse los tres trienios de Cantera como prior administrador de la basílica, según han informado fuentes conocedoras de la decisión.
Alfredo Maroto, otro fraile de Cuelgamuros, sustituirá a Cantera al frente de la abadía del Valle de los Caídos, según los procesos establecidos por la regla benedictina.
Según explican esas mismas fuentes, el pasado mes de noviembre la comunidad benedictina entró en un proceso de "discernimiento" para abordar el presente y futuro de la abadía de Cuelgamuros.
Este proceso ha coincidido en el tiempo con la resignificación del Valle de los Caídos, renombrado como Cuelgamuros, siguiendo sus postulados de la ley de Memoria Democrática.
En este contexto, según precisan las mismas fuentes, el Gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido varias reuniones a tres bandas con la Iglesia en las que han participado el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, y el nuncio del Papa, Bernardito Auza para conocer posturas y negociar la presencia de la Iglesia en el proyecto que presentan de resignificación de cuanto hay en el Valle de Cuelgamuros.
El cardenal José Cobo ya explicó en una entrevista con Europa Press el pasado mes de diciembre que la Iglesia ha defendido la presencia de la comunidad benedictina en Cuelgamuros, la no desacralización de la basílica y la pervivencia de la presencia cristiana.
Previamente, el pasado mes de julio fuentes del Ejecutivo avanzaron que negociaban con el Vaticano la salida de los benedictinos del Valle de Cuelgamuros para finales de 2025, aunque reconocían la dificultad de llevar a cabo esta operación si los monjes se oponían.
El hasta ahora prior de la abadía mantuvo un enfrentamiento con el Ejecutivo por la exhumación del dictador Francisco Franco, a la que se opuso en 2019.
1 comentario:
Demolición es la solución. Muerto el perro se acabó la rabia.
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