Hace unos días que estoy en contacto con los meteorólogos de toda España para provocar la lluvia durante la S.S. Les hablo con voz de Rajoy para lo que me han realizado dos implantes de lengua (uno a cada lado) que, me han costado un "pastón". Todo vale para que, cual chamán que invoca a las nubes, consiga una tromba de agua que limpie éste nuestro país, de todos los procesionarios que nos invaden.
Es una auténtica plaga ante la que caben pocas alternativas. La huída, a la playa o la montaña, el encierro, o el enfrentamiento, prohibido éste último por las autoridades gubernativas y disuadido a golpes de porra por los lacayos del prohibicionismo.
Yo he optado por provocar la lluvia. Jarros de agua fría sobre cofrades, cofradías, imaginería y demás parafernalia exhibicionista. Hasta ahora mis logros son modestos, pero mañana, ¡ah mañana!.
Y el lunes que salga el sol por Antequera o por ande quiera.
La foto es de Mazagón
3 comentarios:
Con los implantes de lengua es suficiente Morgan, no hace falta que te hagan una elongación de mandíbula. La lluvia ha llegado y ha provocado lloros por la suspensión de procesionarias (muy bien traida la foto de los gusanos en procesión y más lluvia y más lloros que va a provocar...
El gozo de ver llorar al cofrade es tan orgásmico como resucitar al tercer día.
Bienvenida Cristina. Gracias por asomarte y comentar.
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