Dentro de la fiebre competitiva de las cofradías andaluzas por organizar actos "magnos", como la "Magna Mariana" en Granada, "Catequesis de fe" en Jaén, ahora le toca el turno al "Vía Crucis Magno" en Córdoba. No parece que de momento el espíritu franciscano papal esté haciendo mucha mella en el boato litúrgico de estos católicos.
Todo sería una cuestión de gustos, si el asunto se quedara en un tema religioso propio de quienes tienen esas creencias y realizan tales cultos. Sería su derecho.
El problema, una vez más es que lo pagamos entre todos. Más de 400.000 euros cuestan las procesiones habituales al Ayuntamiento de Granada. En el caso de la Magna Mariana 45.000 euros del escaso dinero público se gastaron Ayuntamiento y Diputación. Seguro que en esa "sana competencia", los de Córdoba deberán superar esa cifra, aunque seguro que la opacidad y falta de transparencia de nuestras administraciones públicas impedirán conocer realmente lo que ha costado a la ciudadanía. Y mientras deficiencias en los servicios públicos de asistencia social, atención a la dependencia, escolares,... porque para algunas cosas si hay dinero y para otras sólo recortes.
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