Tres entradas más abajo, denunciábamos el uso de dineros públicos para financiar actos privados. En este caso era a propósito de la procesión y otros boatos del "Viacrucis Magno" de Córdoba que se celebrará en septiembre. Acabo de leer en ABC (no lo enlazo porque no me funciona bien el dichoso blogger) que a lo largo del recorrido se instalan sillas que hay que pagar para ser usadas (hasta aquí lo típico), pero es que además van a impedir el acceso a las calles del recorido a la personas que no lleven el tiquet de silla y lo van a hacer colocando a dos policías municipales en los accesos a cada calle. La escusa de esta des-facha-cristo-tez es la seguridad.
Toda una muestra de cómo estos cofrades se consideran que tienen derecho, no sólo a sacar sus santos (que si lo tienen), sino a poner todos los servicios públicos de la ciudad a sus intereses económicos recaudatorios. Eso sí, revestido del argumento de la seguridad y con cargo al erario público. La ley es clara, los derechos, como en este caso el de culto, están limitados cuando hay problemas de orden público, y son ellos, los organizadores los que ni pueden coartar los derechos de tránsito de las personas, ni pueden pasar la factura a la ciudad.
Lo morado copiado del Observatorio de al Laicidad.
Pero claro, de qué nos extrañamos, si vivimos en un país monárquico (cuyo rey ha sido designado por un dictador sanguinario), con el gobierno más reaccionario, retrógrado y meapilas de toda Europa (con muchos ministros/as del Opus o sectas parecidas), con un presidente a la cabeza que ha mentido compulsivamente y sigue gobernando y donde se ha demostrado que son corruptos varios miembros tanto de la casa real como del gobierno, incluidos el rey y el presidente. [Visto este panorama, casi estoy por quitar la entrada esta de los mierdas de los cofrades]
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