Tomado de laicismo.org
El Palacio de la Merced de Córdoba es la sede de la Diputación Provincial. En tiempos pasados fue convento y hospicio. Uno de sus edificios fue construido como iglesia entre los años 1716 y 1745 y fue prácticamente destruido e inutilizado por un incendio en 1978. Posteriormente se restauró y albergó una escuela de restauración y formación artesanal.
En la actualidad la Diputación ha dado por finalizado el proceso de restauración y limpieza del monumento y se ha realizado un gasto complementario en la adquisición de imágenes religiosas y enseres para fines ornamentales. Finalmente, el gobierno del Partido Popular ha procedido al amueblamiento del edificio. Y lo ha hecho de manera que no pueda tener otro uso que el del rito y culto católicos. Es más, desde hace meses las visitas, estancias y paseos de religiosos y religiosas (algunos en traje de campaña) en el inmueble son constantes, y parecen comportarse como los dueños.
En la web de la Diócesis de Córdoba se incluyen fotos del monumento que forma parte del edificio público y se le da el nombre de “Parroquia de Nuestra Señora de la Merced” e incluso aparece dotada de un equipo sacerdotal, cuando es evidente que la sede administrativa de la Diputación, desde un punto de vista legal y constitucional, ni puede, ni debe ser una parroquia.
El edificio de la antigua iglesia del Palacio de la Merced pertenece de forma íntegra a la Diputación de Córdoba y forma parte esencial e inseparable de su sede. El fomento del culto católico, de su boato y de sus ritos propios y la utilización para ello de una sede institucional, con disposición prioritaria de elementos patrimoniales inmobiliarios y mobiliarios, no aparece como una competencia propia de las Diputaciones provinciales.
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