Tomado de periodismodigital.com
He sentido la necesidad de explicar lo que me pasó para quitarme un peso de encima". Han sido 34 años de doloroso silencio que Sergi ha decidido romper. Fue víctima de abusos sexuales en los Mercedarios de Reus hace tres décadas. Los hechos de Granada han removido los recuerdos de Sergi, de 45 años. Él entró con 11 años en el Seminario Mercedario de Reus en 1982, cuando sus padres le internaron. La primera impresión fue buena, no tenía vocación, pero sí ganas de ayudar a los demás.
Esta impresión se truncó cuando el padre Javier se cruzó en su camino. Una vez que Sergi se puso enfermo, fue llevado a la enfermería. Allí, acudió el mencionado cura. Cuenta que el sacerdote comenzó a acariciarle y le quitó la ropa. Siguió tocándole y luego comenzó a masturbarse. Intentó quitarle al niño la ropa interior, pero Sergi se puso a llorar y el padre desistió.
No contó a nadie lo sucedido y no volvió a tener contacto con el cura. Pero en los tres años que estuvo en el seminario oyó más rumores. "Como que dos hermanos fueron expulsados, supuestamente, porque uno de ellos aseguraba haber sufrido abusos de un sacerdote". Pasó después por otros dos centros (en uno de ellos asegura que una vez entró en la habitación del padre superior y se lo encontró sentado con un alumno con los pantalones bajados), y después decidió abandonar este mundo.
Hasta hace poco no ha contado su secreto a su mujer y a sus padres. "Ahora, al ver todo lo que ha pasado en Granada, he sentido la necesidad de contarlo para quitarme un peso de encima. He vivido toda mi vida guardando un secreto. A su juicio, y después de lo de Granada, "saldrán más casos a la luz". "Yo les animo a que lo hagan público, porque no tienen que avergonzarse de nada".
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