sábado, 27 de enero de 2018

REPARTIR CARAMELOS A LA PUERTA DEL COLEGIO.

Imagen: Lot, emborrachado por sus hijas para que las que fecunde, según la versión del pintor Simon Vouet.

Me ha gustado el artículo de Carles Cols el elperiodico.com titulado "El pecado de ofrecer Biblias a la puerta del instituto". Me inspiró el título de la entrada de ayer. No lo reproduzco entero, mejor acude a la fuente en el enlace.

/...La cuestión es que en mitad del enjambre que se organiza en esa esquina a esa hora se colaron, con cara de buenas intenciones, un par de señoras que trataban de repartir entre los estudiantes, todos menores de edad, versiones resumidas de la Biblia. “Es gratis”, les decían. Bueno, según se mire. El alma no es poca cosa. Parece que la prédica fue de desierto. Les falló, es un suponer, la mercadotecnia, porque, a ver, a qué adolescente no le pide mambo el hipotálamo si le ofrecen un historión repleto de escenas de incesto (Génesis 19, 31-36), parricidio (Génesis 4, 1-16), canibalismo (Reyes II, 6, 29) y decapitaciones (Marcos 6, 14-29). A lo mejor regresan otro día con la versión ilustrada adults only que en el 2009 el procaz Robert Crumb dedicó al primer libro del Pentateuco. Se los quitarían de los dedos. Es poco probable que suceda.../

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