La Guardia Civil del Destacamento de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife) recibió este martes por fin nuevas motocicletas para sus labores de Tráfico con las que sustituir las “piezas de museo” con las que tenían que trabajar hasta ahora, tal y como denunció la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Lo que no esperaban es que al acto acudiese un sacerdote al estreno para consagrar con agua bendita los vehículos, ante la sorpresa de los agentes.
Según ha denunciado la AUGC, la estampa se ha repetido este miércoles, en la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria, donde se han estrenado también motocicletas, y la Guardia Civil ha mostrado “una vez más su apego al más rancio boato que la caracteriza”. Un acto calificado de “nuevo pase del NODO en pleno siglo XXI”.
La Asociación denuncia que el sacerdote ha bendecido tanto a las motocicletas como a los agentes que estaban en formación junto a ellos. “Así, las motos han recibido el bendito líquido elemento, siendo así ‘protegidas’, suponemos, no sólo contra los enemigos del alma, mundo, demonio y carne, sino también frente a delincuentes e infractores, tanto creyentes como agnósticos, ateos o ciudadanos que profesen cualquier otro credo”, ironiza la AUGC.
“Desde AUGC lamentan que se mantenga inalterado en el tiempo este vínculo entre la Iglesia y la Guardia Civil, una institución de seguridad pública que debería estar al margen de cualquier representatividad religiosa, respetando así la diversidad de creencias que existen en la ciudadanía española a la que sirve”, lamentan. “La seguridad pública no es una cuestión de fe, sino de medios técnicos y humanos. Porque la delincuencia o la amenaza terrorista no se combaten con peregrinaciones a Lourdes ni con agua bendita, sino con chalecos antibalas individuales, vehículos e instalaciones adecuados”, critican, y señalan que “lo contrario es seguir anclado en los tiempos del blanco y negro”.
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