Tomado de publico.es
Cristo de Medinacelli en Madrid. En 1997 fue necesario restaurar la talla, del siglo XVII, y los parroquianos tuvieron que conformarse con acariciar con sus labios una medalla de plata situada sobre una placa de metacrilato, todo fuese por salvaguardar la imagen no solo del frote de la carne, sino también del roce de rosarios, estampitas y demás imaginería religiosa. La medida fue sugerida por los restauradores, pues el desgaste había borrado uñas, durezas y callos. Sin embargo, el besapiés interpuesto no fue bien recibido por los fieles y hoy el Cristo vuelve a lucir descalzo.
La anécdota sirve para hacerse una idea de la cantidad de almas que cada viernes —y, especialmente, el primero de marzo— pasa por el templo para depositar tres deseos y un ósculo. Como sucede en las manifestaciones, la cifra la fija quien echa la cuenta: ¿doscientos mil?, ¿trescientos mil?, ¿cuatrocientos mil, como cifró hace tres años la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno?
Quién sabe cuántos, pero sí hasta dónde: la cola comienza en la manzana contigua a la basílica—para no entorpecer la entrada de clientes a los negocios anexos, un bar y una tienda de decoración, Pardo Family, que no ha sufrido los rigores de la cola porque apenas lleva unos meses abierta— y la medianoche del jueves, justo antes de la apertura de las puertas, llega hasta el hotel Mediodía, en la Plaza del Emperador Carlos V —o sea, hasta la glorieta de Atocha—. Hoy apenas ocupa una fachada, donde los fieles han apoyado taburetes y sillas atados con cadenas a las verjas de las ventanas a pie de calle. Sobre ellos o pegados a la pared, consta el nombre de los titulares que hacen cola, las personas a las que representan y el número que ocupan en la fila.
1 comentario:
500 horas para besar un pie de madera???????
Yo pongo una parte de mi body para recibir besos al minuto.
Faltaría más!!!!!!!
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