Una relación sentimental prolongada en el tiempo y refugiándose de las miradas y las opiniones diversas. Así fue durante un año en que un cura y su amante musulmán mantuvieron una relación secreta en una casa parroquial de Valencia.
Año y medio más tarde como ha informado Levante, el cura volvió a quedar en casa de su antiguo amante. Pero todo cambió cuando las relaciones pararon a ser extorsión ya que el amante, un refugiado musulmán, gravó al cura mientras le practicaba sexo oral y le pidió 100.000 € a cambio de no publicar el contenido y mostrar al mundo sus tendencias homosexuales.
Este lío pasó de ser un tema personal a una judicial cuando el cura denunció el chantaje. Debería juzgarse la semana que viene en la Audiencia Provincial de Valencia, pero, en un último giro de los acontecimientos, sendos protagonistas han llegado a un acuerdo amistoso después de que el examante pidiera perdón de forma reiterada.
Los hechos ocurrieron en mayo de 2017 en casa del cura. Mientras el susodicho practicaba una felación, el amante cogió su teléfono móvil y grabó la escena sin consentimiento previo. Después, el video casero fue el motivo de una petición de 100.000 euros. Si no pagaba, el vídeo se lo haría llegar a sus familiares, contactos e incluso al Papa.
Llegados a este punto, el sacerdote pidió a un amigo que se involucrase. Pactaron verse en un primer encuentro en el que entregar 50.000 euros, pero, para sorpresa del interesado, quien apareció fue la Policía Nacional de paisano para atrapar al chantajista.
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