miércoles, 26 de abril de 2023

POR ACCIÓN O POR OMISIÓN: TODOS (los curas) CULPABLES DE PEDERASTIA

Tomado de elpais.com

Las acusaciones de pederastia en el internado de la abadía benedictina del Valle de los Caídos, ahora llamado de Cuelgamuros, alcanzan ya a siete frailes, desde finales de los años cincuenta, cuando se inauguró, hasta los años setenta. Tras las informaciones de este diario que en diciembre destaparon el caso con testimonios contra seis religiosos, otro antiguo alumno de la escolanía se suma a las tres acusaciones contra uno de ellos, Tirso Blanco, y añade otro más a la lista. Sin embargo, los benedictinos siempre se han negado a dar explicaciones, a responder a las preguntas de este diario y no contestan a los correos electrónicos. EL PAÍS ha remitido las anteriores acusaciones en sus dos primeros informes sobre abusos de diciembre de 2021 y junio de 2022, entregados a la Conferencia Episcopal y al Papa, sin obtener reacción de la congregación ni suscitar su interés.

La opacidad es total, en una orden especialmente descentralizada dentro del mundo religioso, pues cada abadía es totalmente autónoma y no tiene un superior común que pueda exigirle respuestas. La de Cuelgamuros depende orgánicamente de la de Solesnes, en Francia. Como otras congregaciones y diócesis españolas, desobedece sistemáticamente al Papa en la lucha contra la pederastia. Las víctimas ni siquiera saben a quién tendrían que dirigirse en la orden para denunciar lo ocurrido. La abadía ha vuelto a ser noticia estos días por la exhumación de los restos de José Antonio Primo de Rivera de la basílica del valle, y además el Gobierno prevé su cierre: uno de los siguientes pasos de la aplicación de la ley de memoria democrática, con un nuevo decreto, será la salida de los monjes del lugar. Entretanto, la comisión de investigación del Defensor del Pueblo ha recibido las denuncias de estos antiguos alumnos y es la única iniciativa en marcha para aclarar lo ocurrido.

El nuevo testimonio que sale a la luz es de Alfredo, nombre ficticio de un antiguo alumno del internado, que no desea revelar su identidad. Acusa al que era el hermano portero en la segunda mitad de los sesenta. No logra recordar cómo se llamaba. “Su celda estaba al lado de la puerta exterior. Según entras, a mano derecha”, explica. “Un día fuimos de visita a la destilería de DYC, en Segovia, y al volver me dijo: ven a mi celda que yo tengo una botellita, y me dio unos tragos de whisky. Me sentí mareado, y me decía: bebe más, bebe más. Y en esto me dio un empujón, me tiró sobre la cama y se arrojó encima de mí, pero doblé las piernas, le empujé y logré escapar, me fui al monte”.

Con este, son ya cinco los testimonios sobre los abusos en la abadía. Un internado que aún hoy sigue en funcionamiento, con los menores que forman parte del coro infantil del cenobio. El total de casos de abusos en la Iglesia española contabilizados hasta ahora por EL PAÍS, la única estadística de referencia ante la ausencia de datos oficiales, es de 954 acusados y 1.812 víctimas.

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