domingo, 25 de enero de 2009

IDEAS SIN MALA INTENCIÓN

A continuación os señalo, quedido compañeros, los CINCO SUPERPECADOS según la Iglesia. Ante la confesión de cualquiera de ellos a vuestro confesor habitual (da igual que sea Vitorino, Cándido, Conejo, etc) os tendrá que excomulgar automáticamente y relatar vuestro caso a la Penitenciaria Apostólica (organo secreto y dotado, por tanto, de todas las garantías) quién contestará a vuestro confesor comunicandole si puede o no daros la absolución, El confesor, al recibir la misiva escrita (tienen prohibidos los emails, fax, telefonos, etc) y como si se tratase de un episodio de Misión Imposible deben destuir inmediantamente, despues de leerlo, el mensaje remitido por la Penitenciaria Apostólica.

Los cinco superpecados, por si alguno quiere experimentar, son los siguientes:

1º.- Tráfico de ostias consagradas, mediante el sistema de una vez introducida por el sacerdote en la boca del feligrés traidor, este no la traga y luego la guarda. El tráfico va dirigido a la práctica de misas satánicas. Logicamente, se paga más por una ostia consagrada por el Papa que por Rouco, y más una consagrada por este último que por el Parroco de Jasa.

2º.- Violar el secreto de confesión. Este superpecado tiene el inconveniente de que no lo podemos cometer la mayoría de los mortales, por lo que me siento discriminado.

3º.- Absolver a alguien que haya cometido o haya sido cómplice de un pecado sexual. Esto es ya la reostia, por que ¿Que entienden por un delito sexual? ¿Hacerse una gayola? ¿Ser sacerdote pederasta? Esperemos que no nos lo expliquen, por que sino nos cabrearemos aún más.

4º.- Nombrar obipos sin condentimiento. Será un superpecado, pero no hay problema, pues el Benedicto actual acaba de perdonar a todos los lefrevianos, con lo cual está claro que a los ojos de la Iglesia, cuando les interesa, el perdón también se puede conseguir por prescripción (o dinero).

5º.- Pegar al Papa. Es dificil, pero me imagino que Benedicto I y II ya estarán maquinando alguna estratagema.


6 comentarios:

Albino dijo...

Aquí tenemos un dilema teológico. Imaginemos:
- Buenas, he traficado con ostias consagradas.
- ¡Excomulgao!
- Vale, oiga
- ..., bueno, te perdono
- (irritao), no quiero que me perdone.
- Te perdono si niegas el holocausto.
- Afirmo el holocausto y me cago en tus muertos y en los curas pederastas.
- Uuumm, la cosa está dificil, pero si te haces de Lefebre expiarás tus culpas.
- Ni me hago de Lefebre, ni de Rouco y además conozco a uno que robó una patena.
- De todas maneras te perdono.

Albino dijo...

Ya lo tengo, nombramos a melastregues obispo de La pradera.

Josefo el Apóstata dijo...

Esto último no vale, porque el nombramiento de obispo debe ser contra la voluntad del nombrado, y yo creo que a Melastreges le va la marcha de ser el "omispo d´algún lao" y ponerse una buena mitra...

Albino dijo...

A melastregues le va la mitra cantidad y además está malito, que es un mieles y un flojo.

Melastregues dijo...

Yo quiero se obsipo porque en el tota pulcra VI LA LUZ...

Josefo el Apóstata dijo...

Melastreges, jomío, ponte bien d´ibuprofenos si estas blando, que ya sabes que son muy buenos pa todo. En fiestas d´Almazán los echa el alcalde desde el balcón después del chupinazo de fiestas... no te digo más.
Oye Azotacuras, de dónde has sacado esos pecados capitales tan estupendos pa que tescomulguen? Lo malo es que primero hay que hacerse cura, y yo por esa "humillación" no paso...