Este es Juan Masiá, jesuita, profesor de filosofía en una universidad japonesa, reconocido internacionalmente como experto en bioética. Fue expulsado de la cátedra de la Universidad Pontificia de Cmillas por la publicación de un libro titulado "Tertulias sobre bioética", o algo así. Yo tuve la suerte de escucharlo como profesor colaborador en el Universidad Complutense y hace no mucho, al finalizar una conferencia, me lo presentó una buena amiga diciéndole que yo era un ateo convencido. Él me dijo entre risas que eso está muy bien, mientras no derive en "antiteo". Bueno, creencias a parte, este señor tiene una talla moral muy grande y es un laicista convencido. Recomiendo la lectura de este artículo , aunque es del 2008, del que copio un párrafo:
"Para quienes estamos implicados en japón en el diálogo interreligioso y en la convivencia ciudadana en contexto de pluralidad y laicidad, resulta desconcertante leer noticias de prensa sobre las añoranzas de privilegios por parte de instancias eclesiásticas españolas. Vistos desde Japón, resultan chocantes e incomprensibles comportamientos como los siguientes: el juramento de su cargo por el presidente del gobierno y sus ministros ante la Biblia y el crucifijo; la ofrenda anual oficial a Santiago; la celebración de una misa, en vez de un funeral interreligioso, por víctimas de terrorismo pertenecientes a otras confesiones religiosas; la oposición epìscopal a la Educación para la Ciudadanía; el desfile de militares en procesiones de Semana Santa o la presidencia de políticos en las mismas procesiones: la exaltación de símbolos emblemáticos de compromiso entre el trono y el altar; y un etecétera no precisamente corto... En cambio, en Universidades y colegios católicos de Japón, aunque ofrezcamos sin coaccionar a nadie la posibilidad de participar libremente en actos religiosos y tengamos oratorios y centros de pastoral en el campus, no se nos ocurriría colocar el crucifijo en las aulas.."
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