Dimitris Christoulas. 77 años. Farmacéutico jubilado. Casado y padre de una hija. Este miércoles -cuya santidad celebran con tanto fervor muchos neoliberales- se ha pegado un tiro frente al Parlamento griego en la mítica plaza Sintagma de Atenas.
Grecia ha pasado a ser el país europeo con menor tasa de suicidios hace 3 años al extremo opuesto, duplicando los que se producían entonces. El primer suicido público en Europa -evidente, ha habido más- por las terribles consecuencias de la crisis que originaron los poderes financieros y los gobiernos no merece un espacio preferente en los medios. Se supone que temen el efecto contagio. Quienes sí lo han publicado dulcifican la nota que ha dejado el anciano desesperado. Habrán pensado que puede constituir una “apología antisistema” y -por acción u omisión- prefieren hacer “apología de [este] sistema”, tal cual está. Al fin y al cabo es la carta de un suicida, qué va a decir.
Este es un fragmento de la carta, según Athens News:
“El Gobierno de ocupación de Tsolakoglou [gobierno colaboracionista nazi durante la segunda guerra mundial] ha reducido a la nada, literalmente, mi capacidad de supervivencia que dependía de una respetable pensión que, durante más de 35 años, yo solo (sin contribución del estado) he pagado. Dado que tengo una edad con la que ya no tengo el poder de resistir activamente (aunque, por supuesto, no descarto que, si cualquier griego hubiese empuñado un kalashnikov, yo habría sido el segundo en hacerlo) no encuentro otra solución para un final digno antes de que esté reducido a buscar en la basura para alimentarme. Creo que los jóvenes sin futuro tomarán las armas algún día y colgarán a los traidores nacionales en la Plaza de la Constitución [Plaza Syntagma], igual que los italianos colgaron a Mussolini (en la Piazza Loreto de Milán)”.
3 comentarios:
Un twitero que no recuerdo decía que esta crisis es muy rara porque en las anteriores se suicidaban los brockers y financieros y en esta se suicidan los pobres y jubilados.
¿Se suicidan o los suicidan?
la noticia de Dimitris, me resisto a llamarlo de forma anónima cn la palabra 'hombre', me pilló de lleno en casa entretanto leía de aquí y allá por la red... me dolió todo. Quizá porque ya no tiene una 20 años y empaticé perfectamente que su sufrimiento y desesperación. Verse en la calle, enfermo, sin dinero y anciano debe ser lo peor. Quienes consientan eso deberían ser, parafrasenando sus últimas palabras:'...colgados boca abajo en las plazas...'
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